Todo el mundo se ha quedado impresionado con las graves quemaduras que han sufrido recientemente los príncipes noruegos Haakon y Mette Marit. Y es que el sol, una vez más, ha demostrado que puede jugar muy malas pasadas, por lo que la precaución debe extremarse.
Lógicamente, lo más sensato es intentar evitar quemaduras de ese
grado, pero es cierto que en casos como el de Mette-Marit (un fototipo
nórdico, una brisa engañosa, un aumento de la luz inesperada a causa de los
reflectores y los focos) alguien se puede llevar un gran disgusto a causa
de la radiación ultravioleta.
El dermatólogo Eduardo López Bran nos ha dado las claves para aliviar quemaduras de leves a moderadas (grado 0 a 1). En ese caso, el objetivo principal del tratamiento ha de ser reparador y reepitelizante, es decir, que ayude a la piel a regenerarse,
además de calmar el dolor y las molestias, así como el escozor y la
sensación de acorchamiento. El Dr. López Bran recomienda la aplicación de
suero salino y de agua termal fría, ofreciendo una receta muy práctica y
eficaz, consistente en disolver en medio litro de agua una cucharada sopera
de vinagre blanco, aplicando compresas empapadas en esta mezcla durante unos
minutos. Si el picor o el dolor es notable, se puede recurrir a un
corticoide tópico o un anestésico local, también capaz de calmar.
Las aspirinas, gracias a su contenido en ácido aceltilsalicílico, no sólo
alivian el dolor, sino que además tienen un cierto efecto antiinflamatorio.
Además, aconseja evitar que el chorro de la ducha caiga directamente sobre
la zona irritada, así como evitar la aplicación de cosméticos, lacas o
perfumes, e incluso del jabón, llevando una higiene cuidadosa y procurando
que las zonas afectadas estén siempre muy hidratadas para evitar la
formación de costras. Lógicamente, si la quemadura es más grave, se debe acudir
al médico de forma inmediata, como han hecho los herederos al trono noruego.
Y, cómo no: ¡adiós al sol durante una buena temporada! Y si se ve obligada a salir, hágalo con una gran protección, utilizando sombreros que eviten que el sol pueda hacer mella en sus quemaduras.
