La popularización de la cirugía plástica está llevando a una peligrosa trivialización de esta especialidad médica. Si se hace caso a determinados personajes o a alguna publicidad engañosa, pasar por el quirófano es tan sencillo como cortarse el pelo. Un grave -muy grave- error, como demuestran los trágicos y recientes casos de fallecimiento de dos mujeres en España.
Dejarse llevar por falsos cantos de sirena, ofertas de financiación que inducen a confusión o promesas sin fundamento pueden tener consecuencias muy graves. Antes de plantearse cualquier intervención de estética es importante elegir un cirujano plástico y un centro hospitalario que reúna todos los requisitos. El doctor Javier de Benito, uno de los especialistas más reputados de nuestro país, ayuda a aclarar esta confusión.
Un buen cirujano plástico debe haber realizado la especialidad de cirugía plástica y estética, lo que asegura que ha recibido la formación teórica y práctica necesarias. (Para obtener un listado de cirujanos, puede consultar con la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética, tel. 91 576 59 95, así como con los Colegios de Médicos provinciales). Debe ser un médico capacitado para cuidar y proteger a su paciente, conociendo todas las posibles complicaciones de su especialidad. Ha de ser un cirujano muy meticuloso, con sentido estético. Debe poseer un buen dominio de la psicología humana, para determinar si el paciente padece un problema estético real o bien el descontento con su físico tiene raíces mentales que no se solucionan en el quirófano. No ha de ofrecer falsas promesas ni resultados irreales al paciente, reconociendo los límites y fronteras de su especialidad. El paciente no debe tener miedo a hacer todo tipo de preguntas al especialista, ni dudar en hacer una primera consulta con dos o tres profesionales. Es vital que se asegure de que la intervención se va a realizar en un centro hospitalario perfectamente equipado, capaz de responder adecuadamente en caso de complicaciones.