Quién lo iba a decir: el ketchup mantiene los años a raya. Y también la salsa de tomate. ¿La razón? El tomate contiene licopeno, un agente que se está revelando como uno de los más poderosos activos antioxidantes que ofrece la naturaleza y que ha demostrado ser capaz de prevenir algunos tipos de cáncer.
El licopeno se encuentra en el tomate cocinado o muy, muy triturado (como en el caso de las salsas o zumos) más que en el crudo, ya que se encuentra concentrado en la piel, no en la pulpa. La piel es pura fibra, por lo que pasa por el aparato digestivo sin que el organismo sea capaz de extraer el licopeno.
Una nueva generación de cosméticos está aprovechando el poder antioxidante y anti radicales libres del licopeno, aunque aún no se conozca a la perfección si su aplicación tópica es tan eficaz como la ingesta. La firma americana Kiehl’s ha lanzado Lycopene Facial Moisturizing Cream; mientras que Avena, marca basada en productos naturales, lo incluye en su crema para el contorno de ojos. Los laboratorios Imedeen, conocidos por ser pioneros en el lanzamiento de pastillas anti-edad, han mejorado su exitosa fórmula inicial para lanzar Imedeen Time Perfection, que además de su complejo marino incluye licopeno.
