Una piel limpia, una piel sana

La limpieza diaria de la piel es fundamental para conseguir un cutis bello

El primer paso es elegir la fórmula limpiadora más adecuada a su tipo de piel.

La primera norma para conseguir una piel sana, es mantener una rutina de limpieza casi militar. No se asuste, sólo tiene que seguir una serie de recomendaciones básicas que ayudarán a que su piel se muestre resplandeciente.

El primer paso es elegir la fórmula limpiadora más adecuada a su tipo de piel. La leches untuosas son recomendables para los cutis secos, sensibles o maduros. Las leches más ligeras, para los cutis normales o los mixtos. Y los geles al agua o los jabones dermatológicos, para las pieles grasas. Lo más importante es limpiar el cutis cada noche, incluso si no se maquilla, para así eliminar todo rastro de suciedad y dejar la piel preparada para el tratamiento posterior.

Encuentre la limpiadora con la que se encuentre más a gusto. Debe ser capaz de retirar todo resto de suciedad, pero sin agredir la piel ni agredir su equilibrio, dejándola demasiado desprotegida. El uso de tónico es opcional. No es imprescindible para la belleza de la piel, pero es cierto que ayuda a asegurarse de que se ha retirado la limpiadora totalmente. Si tiene la piel grasa, le pueden ayudar los tónicos de efecto exfoliante, como los de Clinique. Tampoco estará de más usar una mascarilla limpiadora una vez por semana, especialmente en las áreas donde pueden aparecer impurezas, como es la zona T (frente, nariz y barbilla).

Generalmente, a las pieles secas y normales les basta con una limpieza por la noche, quizás completada con una aplicación de tónico por la mañana, pero si, al levantarse, siente la piel brillante, ligeramente oleosa, le vendrá bien repetir el ritual por la mañana, para así llevarse ese sebo natural producido durante el descanso.

 

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