El primer paso para impedir la formación de celulitis es asegurar una buena circulación y drenaje. Para ello, debe evitar la ropa ajustada, los tacones altos, el sedentarismo, cruzar las piernas a menudo y el calor directo. Si ha de pasar mucho tiempo de pie, use medias de descanso, y si al contrario, el trabajo le obliga a estar largas horas sentada, haga una pausa cada cinco minutos para pedalear, flexionando el tobillo hacia arriba y hacia abajo.
El tabaquismo y la alimentación pobre en fibra y rica en conservantes, especias, sal, así como el alcohol, empeoran el sistema de drenaje y favorecen la aparición de celulitis.
Hay que diferenciar entre la celulitis dura, concentrada en zonas muy específicas como cartucheras y rodillas, y que se da incluso en mujeres muy delgadas, y celulitis blanda, debida a problemas de retención de agua, y que se hace visible en forma de ondulaciones grandes, especialmente en la cara delantera de los muslos.
Las cremas anticelulíticas no hacen milagros, pero ayudan a evitar la acumulación de grasas si se usan de forma regular y se aplican de los tobillos a la cintura, para así favorecer la circulación. Muchas fórmulas incluyen alcohol y agentes que deshidratan la piel, por lo que su uso regular puede requerir un extra de hidratación.
Los tratamientos de instituto son muy eficaces contra la celulitis, siempre y cuando se sea constante y se elija el más adecuado. La mesoterapia es idónea para la celulitis dura, mientras que el drenaje y la electroescultura se adecuan más a la celulitis blanda.
La liposucción sólo combate la piel de naranja en los casos de celulitis dura, cuando la piel se encuentra sin problemas de firmeza, para que, tras retirar el exceso de grasa, ésta vuelva a plegarse y no se produzcan problemas de flacidez. Esta intervención no es útil para la celulitis blanda ni para los tejidos poco firmes, en cuyo caso puede incluso empeorarla.
