Hidratación constante
Como habrás notado, con la mascarilla la piel recibe el propio aire que expira, por lo que no oxigena bien, desequilibrando los niveles de hidratación y provocando diferentes problemas inflamatorios. "En este caso, debemos apostar por principios calmantes y por formatos en bruma, que nos ayuden a darle a la piel la calma que tanto necesita", apunta Estefanía Nieto, directora técnica de Omorovicza. Las expertas de The Secret Lab nos recuerdan que no nos olvidemos "del principio activo hidratante por antonomasia: el ácido hialurónico". "Debe convertirse en una prolongación de nuestra persona. Podemos utilizar incluso colutorios con ácido hialurónico para hacer enjuagues bucales, ya que la mascarilla muchas veces nos lleva a respirar por la boca, provocando sequedad. Así como pomadas nasales con vitamina A que ayudan a regenerar la mucosa y a hidratar. Y, por supuesto, beber mucha agua". "El aceite de rosa de mosqueta y el de jojoba, por ejemplo, pueden convertirse en nuestros mejores aliados de cara a mantener la hidratación y la nutrición de la piel, aplicándolo tanto antes como después de utilizar la mascarilla, siempre con la piel limpia. El aloe vera nos ayuda también a aportar suavidad y protección a la piel y a eliminar impurezas", añade Vanesa Paredes, Directora Técnica Farmacéutica del Área Cosmética de Marnys.