Renunciar a un cómodo puesto de trabajo en el sector financiero, dejarlo todo atrás y empezar de cero creando tu propia firma cosmética. Puede ser arriesgado, puede salir mal... o puede convertirse en la decisión más rentable de tu vida. Eso es precisamente lo que le ocurrió a Huda Kattan, quien hace una década decidió transformar su pasión por el maquillaje en una de las empresas de belleza más influyentes del mundo, Huda Beauty, valorada en más de un billón de dólares. (Sí, con 'b'). Esta estadounidese descendiente de padres iraquíes, se graduó en Finanzas por la Universidad de Michigan-Dearborn para trabajar después en el sector económico. Hasta que se hartó de aquella profesión... o más bien se hartaron de ella. "Me despidieron", nos cuenta con una enigmática sonrisa.
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Con Huda nos reunimos en París, donde presentó hace unos días el último lanzamiento de su firma. Esta comenzó como un negocio familiar en 2013, capitaneado por ella y sus dos hermanas, en el que vendían pestañas postizas a nivel local. Ahora cuentan con más de 140 productos que se distribuyen en todo el mundo a través de su propia web y también en Sephora. Su más reciente incorporación se llama: Faux Filter Concealer, un corrector que ha protagonizado estos días una de las tendencias virales de las redes sociales, gracias a la buena acogida que ha tenido entre los más de 50 millones de seguidores de esta gurú del maquillaje, que hoy ostenta el número 69 en la lista de Las mujeres hechas a sí mismas más ricas de Estados Unidos, según Forbes.
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Y aunque es un logro del que presumir, la empresaria nos transmite una sensación de lo más humilde cuando la conocemos en persona. Nos recibe junto a su hermana Mona Kattan, fundadora de la firma de fragancias Kayali -también disponible en Sephora- y responsable de que Huda fundase hace nueve años su imperio. Ambas se muestran encantadas: saludan con sonrisas, un afectivo abrazo y nos dan las gracias por hablar con ellas. Nos sentamos y enseguida la entrevista pasa a ser una cómoda charla en la que además de maquillaje, también hablamos sobre estándares de belleza, la responsabilidad de los mensajes que transmiten las firmas cosméticas y las inseguridades que esta influencer experimentó en su adolescencia al crecer en Tennessee: "Un lugar muy bonito, pero en el que había poco multiculturalismo. Nadie se parecía a mí".
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- ¿Por qué Faux Filter Concealer se ha convertido en un producto tan especial en tan poco tiempo?
Es gracioso porque en realidad nos ha costado cinco años poder lanzarlo. Al principio queríamos que fuese un corrector de gran cobertura, que no crease surcos, pero nos dimos cuenta de que precisamente es el exceso de pigmento lo que hacía que se agrietara. Así que tuvimos que encontrar un balance entre la pigmentanción y la hidratación, incorporando a la fórmula ingredientes como aceite de almendras o vitamina E. Esto hace que permanezca sobre la piel sin tener que aplicar después polvos compactos para fijarlo.
- ¿Y cómo lo aplicas tú? ¿Algún truco?
Me gusta ponerme primero la base de maquillaje y después hacerme el contouring, dejando el corrector para el final. Lo aplico debajo de los ojos, en la barbilla, en la nariz y en la frente. Tengo un truco y es usar un corrector que sea un par de tonos más claros que mi base, así consigo más luminosidad y creo ese efecto lifting con el que todo el mundo está obsesionado ahora.
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- ¿Qué tres productos de maquillaje no pueden faltar en tu neceser de viaje?
Es una pregunta muy difícil... Pero creo que para mi lo más importante es llevar un labial, una máscara de pestañas y perfume, de hecho ahora llevo uno de Kayali.
- Hablando de perfumes... Mona, ¿cómo es el proceso de crear fragancias para Kayali? ¿Cuál es tu favorita?
Diría que Vanilla 28, porque Huda y yo la creamos juntas y fue todo un reto: a veces la vainilla corre el riesgo de oler a cigarrillos. Recuerdo que queríamos que fuese un perfume fuerte, delicioso, amaderado... Y lo hemos logrado, ahora mismo es uno de los más vendidos. Y el otro diría que es Sweet Diamon Pink Pepper, el más romántico de la colección. Para crear todos ellos trabajamos con Firmenich, una de las empresas perfumistas más importantes del mundo. Y también con grandes narices francesas, como Clement Gavarry, creador de algunas de las fragancias más icónicas para firmas como Prada, Chloé o Tom Ford.
- Echemos ahora la vista atrás: Huda, si hablamos de tendencias de belleza, ¿hay alguna que te arrepientas de haber llevado?
Sí, sin duda. Nunca volvería a llevar aquellas cejas finas que antes estaban de moda, ¿te acuerdas? Con ese arco en pico tan marcado, ¡espero que jamás vuelvan!
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- Hace nueve años que fundaste tu firma de maquillaje, ¿sentiste vértigo en aquel momento dejando tu trabajo para lanzarte a este proyecto?
¿Sabes? Creo que fui afortunada porque en realidad no dejé mi trabajo, me despidieron. Por aquel entonces no pensaba que fuese algo positivo, pero ahora creo firmemente que si no me hubiesen echado, yo nunca habría tenido el valor de irme. Tenía un trabajo relacionado con el mundo financiero, y no sé cómo estará la situación ahora, pero antes era duro trabajar en ese ambiente. No me gustaba, no encajaba con aquellas personas e incluso mi jefe me dijo que no debía seguir, que me marchara para dedicarme a 'mis cosas de maquillaje'. En ese momento me ofendí, pero después me di cuenta de la suerte que tuve. Quería trabajar en algo en lo que poder poner toda mi pasión y mi hermana también me animó a dedicarme a ello de forma profesional. Y así hice, siempre la escucho.
- En la última campaña de Huda Beauty insistís en romper con los estándares de belleza, ¿alguna vez has sentido que tú no encajas en ellos?
Siempre. Cuando era pequeña me sentía fea. Y creo que precisamente por eso me atraía el mundo beauty. Muchas veces no estamos contentos con la forma en que nos vemos porque otras personas nos hacen dudar, nos comparamos con ellos, nos tratan mal... Y creo que yo he tenido que lidiar con eso. Crecí en el sur de Estados Unidos, en Tennessee, un lugar muy bonito, pero en el que nadie se parecía a mí, había muy poco multiculturalismo . Siempre quería sentirme mejor con mi aspecto y pensaba que el maquillaje definitivamente contribuía a ello. Pero siendo adulta entendí que ese concepto no era sano: creía que dependía del maquillaje cuando en realidad no lo necesitaba para sentirme bien, pero entonces era muy joven para comprenderlo. Y eso es algo que me asusta ahora sobre las nuevas generaciones: el maquillaje es una herramienta de expresión, una forma creativa de pasarlo bien, no algo que necesitas para esconder tus inseguridades. Transmitir este mensaje es importante, es una responsabilidad que tenemos las firmas de cosmética.
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- ¿Quién dirías que fue un referente de belleza para ti durante tu adolescencia?
Cuando iba a la universidad todavía no existían las influencers como las conocemos ahora, pero sí había celebrities que admiraba. Jennifer Lopez me encantaba, en mi opinión ella fue el primer icono de belleza de nuestra generación. Era muy fan de su forma de maquillarse, con aquella sombra azul. También me gustaba Eva Longoria o Salma Hayek. Y creo que Priyanka Chopra es guapísima, fue la primera asiática de piel oscura que veía en Hollywood como un referente.
- ¿Próximos proyectos? ¿Con qué producto te gustaría innovar en Huda Beauty?
Solía negarme a trabajar con productos relacionados con el cuidado del cabello, aunque quizá cambie de idea... ¿Pero sabes lo que me encantaría hacer? ¡Lanzar vitaminas! Estoy obsesionada con ellas y tomo muchos suplementos cada día. Sé mucho sobre el tema, pero no estoy segura de si algún día lo haremos porque requiere buscar fabricantes muy buenos. Si tuviésemos uno lo haría, pero es necesario un proceso largo de investigación y solo lo llevaría a cabo si estoy segura de que las vitaminas que lanzamos son de lo mejor del mercado.
