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El copper blonde pierde a una de sus principales abanderadas, ahora que este color para el cabello se había erigido como tendencia absoluta de la primavera. En los últimos meses, parecía como si las actrices de nuestras series favoritas (Los Bridgerton, Juego de Tronos, Euphoria) se hubieran puesto de acuerdo para volverse pelirrojas, siguiendo una fiebre que también ha contagiado a Gigi Hadid (que retomaba el tono cobrizo que lució años atrás, aunque solo por un tiempo porque ya es rubia otra vez) o Kendall Jenner, irreconocible desde que estreno este tono durante el último desfile de Prada. Cuando Sydney Sweney dio el paso hace unas semanas, sus fans quedaron divididos, aunque el cambio le ha durado poquísimo... Anoche asistió a una fiesta presumiendo de nueva imagen.
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La joven de 24 años ha renunciado al 'rubio fresa' y al flequillo cortina (el favorito de las celebrities), retomando el cabello dorado con el que se lanzó a la fama y que le confiere esa imagen canónica de rubia explosiva. Al ser este su color natural, probablemente no haya precisado someterlo a decoloración; unas sencillas mechas bastarían para transformar toda la melena, apostando por los toques platino. De todas formas, será necesario que lo cuide tanto como al llevarlo cobrizo, pues los cabellos rubios requieres cuidados especiales (especialmente en verano). Además, ha optado por peinarlo con la raya al lado y las puntas hacia fuera, siguiendo un estilo sesentero con el que logra un aire inocente y divertido. El resultado nos es familiar, pero en realidad se aleja del estilo que lucía el personaje de Cassie Howard en Euphoria, cuyo look estaba marcado por la raya en medio y los recogidos elaborados.
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Con estos detalles, Sydney va consolidando esa imagen de diva hollywoodiense que ha adoptado en sus últimas apariciones, potenciada por un vestido con escote Bardot y falda de transparencias al estilo de la que Jennifer Lopez escogió para su última aparición. La americana contrarresta el sofisticado estilismo haciendo un guiño a la estética Y2K mediante su manicura psicodélica: uñas larguísimas en el tono natural del momento y lacadas con brillo, donde destacan unos trazos negros de formas sinuosas. Su artífice fue Zola Ganzorigt, una célebre manicurista de Los Ángeles en la que suele confiar la actriz, aunque la rubia es el cerebro creativo: "Yo diseño las uñas, las dibujo y le envío mis ideas a Zola Ganzorigt, que las hace realidad para mí", dijo en una entrevista.
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