Los centros de belleza y peluquerías reabren sus puertas: ¿qué te encontrarás en tu primera visita?

Varios salones nos cuentan las nuevas medidas que han incorporado para retomar su actividad tras casi 2 meses cerrados

Por Amaia León

Mascarilla, guantes, gel hidroalcóholico y dos metros de separación entre personas marcan la nueva normalidad que, fase a fase, se irá perfilando en España tras un confinamiento de 7 semanas. Casi dos meses en los que la mayoría de comercios han permanecido cerrados, entre estos, los centros de belleza, desde peluquerías y salones de manicura hasta institutos de medicina estética. La recién inaugurada Fase 0 del plan del Gobierno para retomar la vida en la calle y volver al trabajo les permite, desde esta semana, reabrir sus puertas, aplicando, por supuesto, estrictos protocolos de seguridad para asegurar el bienestar de sus empleados y de sus clientes. ¿Quieres saber cómo será tu próxima cita para seguir un tratamiento, cortarte el pelo o hacerte la manicura? Los dueños de varios salones madrileños de referencia nos cuentan todos los detalles.

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Las nuevas medidas de seguridad para empleados y clientes

"Ya sabíamos que nuestro trabajo iba a cambiar y, desde el 3 de abril, he ido elaborando los nuevos protocolos. Me puse en contacto con centros de belleza en China para saber qué nuevas medidas adoptar, aunque, como nuestro centro siempre ha tenido un alto valor de exclusividad, nuestros estándares de citas e higiene no han tenido que cambiar tanto", comienza a contarnos Myriam Yébenes, directora del Instituto de Belleza Maribel Yébenes. Su centro de la Paseo de la Habana 14, referente en medicina estética y tratamientos de belleza, ha sido uno de los primeros en reabrir sus puertas: el lunes 4 de abril, a las 10 de la mañana, volvía a recibir clientes (siempre con cita previa), tras un proceso especial de desinfección del local y con las nuevas pautas ya instauradas. Estas comprenden mascarilla y guantes obligatorios para quienes acudan al centro, además de desinfección, a la entrada, de los zapatos con un felpudo especial y de las manos con hidrogel, y la medida más llamativa de esta nueva normalidad: medición de la temperatura corporal.

"Tomamos la temperatura de los clientes a la llegada, y si tienen más de 37,4ºC, no podemos realizarles el tratamiento, igual que tampoco podemos si tienen tos", explica Myriam. Su equipo de profesionales también se rige ahora por nuevas normas, desde la reorganización de los turnos de trabajo y el uso de materiales de protección desechables (mascarilla, guantes y gafas protectoras) hasta test semanales para detectar posibles casos del virus. Además, la recepción se protege con una mampara, los dos metros de separación marcan los espacios comunes y la sala de espera, cuyo su uso se evita siempre que sea posible, no dispone ya de aperitivos ni bebidas para sus clientas, que tampoco pueden hacer uso del servicio a menos que sea una urgencia. "Aparte de estos cambios, una vez dentro de la cabina de tratamiento, la experiencia sigue siendo la misma", afirma la directora.

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Tratamientos faciales y corporales

Como nos cuenta Myriam, tras pasar a la cabina y dejar la ropa en bolsas desechables, la experiencia no varía y sigue siendo tan placentera como lo era antes de la cuarentena. Solo los empleados notarán un cambio más: realizar el protocolo con una mascarilla FFP2 y una pantalla protectora extra para asegurar su salud y la del cliente, que tendrá que quitarse su mascarilla en los tratamientos faciales, claro. "En los corporales y siempre que sea posible, seguirá llevándola", explica Myriam. Tras el tratamiento, la cabina y la aparatología se desinfectan antes de recibir a otra persona, y las sábanas se lavan a 90ºC y se mantienen 48 horas en cuarentena. "Para plancharlas, hemos incorporado una vaporeta especial que desinfecta", nos cuenta, confirmando así la conciencia que todo el sector ha tomado para asegurar que la visita al centro de belleza sea segura.

En The Secret Lab (calle de Zurbano 4), coinciden en que los principales cambios se dan antes y después del tratamiento, al llegar y al salir del centro. Por ejemplo, explican, "son las esteticistas quienes abren y cierran las puertas, mueven las sillas" para que la clienta no toque nada más que lo imprescindible, y "solo cobran las directoras del centro, que están fuera de cabina en todo momento controlando que se cumplan las medidas". También en The Secret Lab están acostumbradas a seguir un estricto protocolo de limpieza y desinfección entre un tratamiento y el siguiente, con lo que las nuevas medidas obligatorias no les han supuesto un cambio radical. "Lo que sí hemos hecho ha sido espaciar más el tiempo entre una cita y otra, para que nos dé tiempo a prepararlo todo y no se nos escape ningún detalle", afirman. "También hemos reducido el número de citas, de forma que, como mucho, coincidan 3 clientas en el centro (cada una en su espacio correspondiente), mientras que antes podíamos atender a unas 10 personas a la vez".

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Los salones de manicura en tiempos de pandemia

En este centro de belleza, además de tratamientos faciales y corporales, realizan manicuras y pedicuras, dos de los rituales que, posiblemente, reciban más solicitudes en los próximos días, tras semanas cuidándonos las uñas en casa (o intentándolo). "En The Secret Lab tenemos dos sillones de manicura y dos sillones de pedicura, pero, por el momento, solo atenderemos a una persona en todo el espacio. Cuando lleguemos a la fase en la que podamos ampliar el aforo, tendremos mamparas de metacrilato para diferenciar espacios y poder atender a dos personas a la vez en manicura o pedicura. Por lo demás, las medidas de desinfección siguen siendo las mismas que manteníamos siempre", explican a HOLA.com horas antes de, hoy martes 5 de abril y con muchas citas ya cerradas para las próximas semanas, reabrir el centro.

Mañana volverá a abrir también uno de los salones de manicura más conocidos de Madrid, Mi Calle de Nueva York (calle Barquillo 39). "Atenderemos, siempre con cita previa, a varias clientas a la vez, pero siempre se mantendrá la distancia de seguridad, para lo que hemos adaptado el salón y marcado meticulosamente los espacios. Queremos que el protocolo sea claro y fácil de entender visualmente", nos cuenta Alejandro Ramos, director del centro. Mascarilla y guantes no serán obligatorios aunque sí recomendables para sus clientas, que podrán utilizar calzas deshechables para cubrir sus zapatos, lavarse con gel las manos cuando lo deseen y dejar sus pertenecencias en una cesta metálica, "pensada para poder ser desinfectada con facilidad tras cada uso". Ni en este centro ni en los anteriores han tenido que cancelar servicios a causa de los nuevos protocolos del Gobierno, excepto aquellos eventos en grupo, como celebraciones o despedidas.

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"Muchas de las medidas obligatorias ya formaban parte de nuestra rutina: mascarillas, guantes, esterilización con autoclave y desinfección de los lugares de trabajo. Sí que hemos incorporado EPIs (equipos de protección individual) más completos con pantallas individuales para el equipo y toallas desechables sobre las toallas clásicas que ya de por sí se lavaban tras un solo uso, y desinfectamos con una solución de clorhexidina validada por sanidad espacios y objetos como pomos de puertas, grifos, secadores...", continúa Alejandro. "También estamos considerando las pantallas de metacrilato, especialmente para las pedicuras", completa.

La peluquería, la cita más esperada

Una de esas pantallas de metacrilato es la que separará la recepción del salón Cheska, que reabrirá la próxima semana, como nos cuenta su dueña, María Baras. "También hemos incorporado toallas, batas y capas desechables, además de mascarillas y guantes, obligatorios tanto para las empleadas como para las clientas, y pantallas de protección individuales. Son muy fáciles de limpiar y perfectas para protegernos, por ejemplo, en el lavabo, por si salpica". En el caso de esta peluquería, la vuelta al trabajo ha implicado también redistribuir el salón y señalizar las distancias de seguridad, además de reorganizar horarios y enseñar muy bien los nuevos protocolos a todo el equipo. "Esta semana estamos formándonos y haciendo pruebas para que, una vez vengan las clientas, tengamos las pautas muy claras y podamos asegurar el mejor servicio. Estamos organizando las citas por teléfono y pedimos que tengan paciencia porque tenemos un 30% de ocupación", cuentan sobre esta "nueva era a la que tenemos que adaptarnos".