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Todas las miradas están puestas en la Reina con motivo de su viaje a Japón y Corea de esta semana, y cada uno de sus looks es analizado al detalle. Y es que doña Letizia ha aprovechado los días en tierras asiáticas para dar un giro a su imagen, optando por nuevos colores, como el vestido rosa chicle que eligió para la cena de gala en el Palacio Imperial de Tokio, y firmas, como el estreno que la ha unido con Kate Middleton. También en cuestión de peinados está innovando: primero sorprendió con su elección de una diadema en la ceremonia de entronización de Naruhito como emperador del país nipón, y, dos días después, su cabello ha vuelto a convertirse en noticia gracias a un moño bajo de estética oriental. Pero no solo el nuevo estilo de este elaborado peinado está siendo comentado, sino que esta última aparición en la cena de gala celebrada en Seúl ha vuelto a lanzar a la palestra un tema que se comentó hace casi un año, las canas de doña Letizia.
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Lo cierto es que ha sido ahora cuando hemos podido comprobar ese regreso de las canas de forma muy evidente, pues hace unos días, en los diferentes actos con motivo de la entrega de los Premios Princesa de Asturias, donde lució el pelo recogido, no se observó este detalle. Esto puede indicar al uso de un baño de color, una de las alternativas más habituales para intentar disimularlas, así como la coloración con barros o con henna, que se va eliminando con los lavados. “Si la reina Letizia se hacía baño de color, hay que tener en cuenta que este “maquilla” más que cubrir, el 50% de las canas. Pero hay canas más o menos duras y en función de la dureza de las canas, actúa más o menos”, nos explicaba el peluquero Eduardo Sánchez. “Otra opción es que su peluquero le haga reflejos, y en ese caso, como son parciales, no cubren la totalidad de las canas, se realizan en las zonas donde más cabellos blancos hay para intentar cubrirlos, pero siempre quedará una parte a la vista”, nos contaba el director de Maison Eduardo Sánchez.
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Sea como fuere, lo cierto es que doña Letizia vuelve a lucir orgullosa sus canas, en lo que no es sino una nueva demostración de la naturalidad con la que afronta la aparición de este signo inevitable del paso del tiempo en el cabello. Fue en noviembre de 2018 cuando sus canas se convirtieron en auténtico objeto de debate, tras aparecer en múltiples compromisos luciendo esos cabellos blancos en su melena. Consciente de que su imagen siempre está en el punto de mira, una vez más parece evidente es que no se trata de un descuido, sino que todo responde a una decición tomada por la propia Reina sobre su cabello. Ya zanjó el debate a finales del año pasado, presumiendo de un cabello sin rastro de canas y con un extra de brillo. ¿Habrá tomado esta vez definitivamente la decisión de mantenerlas? El tiempo lo dirá.
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