Pestañas postizas, extensiones… ¿Cuál el secreto del maquillaje de la reina Letizia?

El truco de la alfombra roja es también el que utiliza la Reina para embellecer su mirada

Por Mariana Chacón

Durante la última aparición oficial con motivo de la recepción en honor de Marcelo Rebelo de Sousa, la reina Letizia eligió el look de maquillaje natural con el que suele acompañar a sus estilismos: colorete rosado para resaltar los pómulos, sombras con pigmentos cobrizos (que aclaran el color de sus ojos) y una mirada con eyeliner negro tanto en la línea de agua inferior como en la superior. Pero esto no es todo, ya que uno de los detalles que más llama la atención de sus maquillajes son las larguísimas y densas pestañas que enmarcan su mirada. Para conseguir este nivel de longitud y espesor existen varias técnicas en función de la durabilidad del efecto, entre las que destacan las pestañas postizas y las extensiones.

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Las pestañas postizas son uno de los recursos más utilizados por actrices, modelos y cantantes para acudir a cualquier evento, su uso está muy normalizado en la alfombra roja, tanto es así que Eva Longoria ha revelado que puede colocárselas en segundos sin problemas, incluso en el coche. Y también reconocía que fue uno de sus gestos de belleza favoritos cuando competía en concursos de belleza en la adolescencia.

La segunda opción para alargar artificialmente las pestañas es más duradera, aguanta más o menos un mes en perfecto estado y Chrissy Teigen o Blanca Suárez ya son fans del efecto que consigue: las extensiones de pestañas. Cada una de las pestañas postizas se coloca pelo a pelo y se determina desde un principio cuál será el acabado final: “Cuando se analiza la forma de ojo tenemos en cuenta su longitud, la apertura, la altura de la ceja y el equilibrio entre lagrimal y extremo. Con todas esas referencias realizamos el visagismo para ofrecer la mejor opción de diseño”, explica Alba Lahesa, confundadora de Lashes & Go.

La especialista también explica que existen extensiones de origen animal o sintético, pero estas últimas “producen mucho menos alergias. Además también permiten un diseño de ojo mucho más preciso al poder controlar exactamente la medida, las de origen animal suelen ser irregulares en cuanto a longitud y grosor”.