Si nos dicen que hagamos una dieta sin pan ni azúcares, no nos parece nada extraño. Sin embargo, restringir el número de veces que nos pintamos las uñas al mes porque puede influir en la báscula, suena poco creíble pero podría estar en lo cierto.
Varios investigadores de la Universidad de Duke y el Grupo de Trabajo Ambiental publicaron, en octubre de 2015, en la revista Environmental International, un estudio que afirma que un componente químico llamado Trifenil Fosfato (TPHP), se encontraba en 8 de cada 10 esmaltes analizados. La cuestión es que, "dicho componente podría influir sobre el peso, por estimular a las células inmaduras óseas a transformarse en grasas, aumentar la producciòn de prolactina y afectar a la fertilidad", subraya Dra. Tanya Alvarez, especialista en Medicina Genética de SHA Wellness Clinic.
Este elemento, aclara el doctor Martínez Peñalver, director médico de la clínica Neolife en Marbella, "sirve para realzar el brillo y dar flexibilidad y durabilidad al producto", y aunque hasta el momento la evidencia sobre la toxicidad del TPHP en humanos es escasa, en animales se observa que puede producir una disrupción en el metabolismo que cause ganancia de peso y alteraciones tiroideas. En resumen, "en modelos animales parece que existe cierta evidencia acerca del efecto del TPHP y alteraciones endocrinas que afectan al sobrepeso y al tiroides, pero en humanos la evidencia científica no es suficiente y se necesitan más estudios con un mayor numero de participantes para establecer una relacion clara", prosigue el doctor.
¿Por qué sigue siendo conveniente utilizar esmaltes sin químicos?
Las concentraciones en los ocho esmaltes de uñas afectados con el TPHP, oscilaron entre 0,49 por ciento y 1,68 por ciento en peso. Y como curiosidad, resulta que los tonos más claros claros contenían más TPHP que los de color. Los estudios sugieren que el TPHP interactúa con una proteína central para regular el metabolismo del cuerpo y la producción de células grasas. Los científicos están llevando a cabo más investigaciones para descubrir si, de hecho, el TPHP contribuye al aumento de peso y la obesidad.
Esta opción química entró a formar parte de la formulación de esmaltes en sustitución al ftalato de dibutilo, o DBP, que se añadió para mejorar la flexibilidad. Es decir, salieron de una 'mala' para meterse en otra 'peor'.
Por lo visto, pasadas unas horas después de pintar las uñas, está comprobado que los niveles de DPHP (un químico llamado fosfato de difenilo o DPHP, que se crea cuando el cuerpo metaboliza TPHP) aumentan ligeramente. Después de diez a catorce horas esos mismos valores aumentan siete veces más. Un dato alarmante que sugiere que más cantidad de la TPHP entra en el cuerpo y se metaboliza en DPHP.
El presente y el futuro de las manicuras ECO
"Componentes como formaldehído, camfor, DBP, etc. ya no son necesarios para un buen esmalte", asegura Marta Alen, directora de Escape Madrid. "Hoy día tenemos muchas opciones para elegir esmaltes Free que duran tanto o más que los que están llenos de química", nos cuenta desde este centro de manicuras ecofriendly, referente en la capital. ¿Algunas marcas ECO que cumplen los requisitos de la manicura perfecta? Zoya, essie, Deborah Lipman o Smith & Cult, son las favoritas de la experta.
Por su parte, la Dra. Tanya Alvarez señala que "los esmaltes veganos contienen sustancias que, en acumulación pueden ser también algo perjudiciales, pero esas dosis acumuladas son tan grandes que es casi imposible que solamente por la transmisión dérmica del esmalte se alcancen". En conclusión, los productos más naturales y ecológicos son bastante fiables y lo que resulta obligado, por nuestra salud y seguridad, es acudir a centros de manicura que cumplan las normas de asepsia de los utensilios de manicura y que miren por la belleza y el bienestar de sus clientes.
