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"Año nuevo, vida nueva", dicen. La alimentación es de las primeras cosas que uno se planea cambiar. Sin embargo, probablemente la que más cuesta. El ser humano es un mamífero de costumbres, por lo que cualquier cambio en las mismas será incómodo. No obstante, "lleva solo 21 días acostumbrarte a un hábito nuevo y después ya no tendrás que usar la fuerza de voluntad, sino que será tu nueva realidad", sentencia la health coach Beatriz Larrea. La buena noticia por tanto es que, los hábitos se pueden cambiar.
¿Cómo limpiamos nuestro organismo para ponerlo a cero?
Un plan detox es una buena opción para comenzar, sobre todo, después de una época de excesos en la que no se mantiene una alimentación saludable. Eso sí, hay que intentar huir de los productos milagrosos. Inmaculada Canterla, farmacéutica especialista en nutrición y Directora de Cosmeceutical Center, resalta “actualmente vemos muchos suplementos que prometen, con solo tomarlos, conseguir el cuerpo que siempre hemos soñado. Pero esto es erróneo, alocado y peligroso. Por eso, recomiendo acudir a profesionales para realizar la evaluación y proponer la compensación frente a los excesos y elegir los recursos y estrategias a utilizar”.
La clave no es ponerse a dieta, sino cambiar la dieta. "Las dietas no funcionan y son pésimas para la salud, ya que están basadas en la restricción y la prohibición", señala Larrea. Es decir, que si se usa la fuerza de voluntad para llevar una dieta restrictiva todo el día y se restringen alimentos necesarios para el correcto funcionamiento del cuerpo, éste no se sostendrá por mucho tiempo y en cuanto se acabe la dieta pedirá lo mismo que antes pero con un metabolismo más lento, por lo que se aumentará de peso hasta la siguiente dieta milagrosa. Solución: cambiar la dieta y adoptar una alimentación saludable con todo lo que el cuerpo necesita y la mejor estrategia, según la coach, "es introducir alimentos con un alto valor nutricional que mejoren tu salud y así, la pérdida de peso vendrá de la mano. Será una consecuencia, no el fin".
Hay ciertos ingredientes, como el mango africano, la alcachofa, el té verde o el diente de león, que realmente ayudan a limpiar el organismo y, explica Canterla, "permiten descargar el cuerpo de las toxinas acumuladas por una alimentación desequilibrada y poco saludable, después de los excesos". Llevar a cabo una terapia depurativa, de la mano de un profesional, sería la mejor forma de iniciar el cambio hacia un estilo saludable.
Y una vez limpio, olvídate de las calorías. El secreto de una vida saludable está en los micronutrientes, así lo afirma Beatriz Larrea, "si te lo da la naturaleza consúmelo, si está hecho en una fábrica limítalo. Una alimentación saludable se basa en alimentos que vienen del reino vegetal acompañados de pequeñas cantidades de productos animales, como pescado salvaje, pollo y huevo ecológico y carne de buena calidad (de vez en cuando)".
Los principales serían las legumbres, cereales integrales, semillas, frutos secos, frutas y verduras y cantidades pequeñas de animales salvajes criados en libertad.
Existen alimentos que son adictivos, como el azúcar o los hidratos blancos (pan, galletas, bollería) y éstos son el verdadero obstáculo para nuestra meta. Está comprobado que estas sustancias encienden las mismas partes del cerebro que otras sustancias adictivas y son diseñados para que consumamos más y más. Como con cualquier adicción, advierte Larrea, "hay que eliminarlos de la dieta. Al principio será difícil, ya que tendrás síntomas de desintoxicación, pero después de unos días dejarán de antojársete y podrás consumirlos de vez en cuando".
¡Quiérete!
Opta por una alimentación que mejore tu salud, introduce alimentos sanos y, poco a poco, éstos desplazarán a los menos sanos. "La salud se construye a través de las decisiones diarias, de tu alimentación y tu estilo de vida. No se trata de prohibir ningún alimento, sino de entender que hay algunos que dañan tu salud, aceleran el proceso de envejecimiento y fomentan ciertas enfermedades", destaca Larrea.
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