Un cutis resplandeciente y un cabello en plena forma

Tanto en el rostro como en el cabello, es mejor dejar los experimentos para otro momento

Por hola.com

No menos cuidados merece la piel del rostro, aunque no haga falta planificarlos tan a largo plazo, siendo suficiente un mes de antelación, que es cuando debería hacerse una primera limpieza de cutis. ¿Por qué con tanto tiempo? Sencillamente, para ser previsora frente a posibles reacciones alérgicas o incluso granitos, que en ocasiones surgen tras un facial.

De esta forma, se asegura que el cutis va a tener tiempo más que de sobra de recuperarse. Tres semanas más tarde, se puede repetir la limpieza y, sobre todo, completarla con un tratamiento facial que aporte luminosidad y resplandor al rostro. La excepción se produce en los casos de problemas concretos, como pueden ser el acné, las impurezas o la hipersensibilidad, lo que requeriría un tratamiento más largo que, por tanto, debe realizarse con mayor antelación.

Al igual que en el rostro, cuando se trata del pelo, es mejor dejar los experimentos para otro momento. Es decir, si se va a hacer cualquier cambio capilar notable (un nuevo color, mechas o hasta un corte diferente), más vale hacerlo al menos cuatro semanas antes, por si hubiera que hacer cualquier tipo de corrección.

La boda puede ser además la excusa perfecta para regalarse un par de tratamientos de hidratación intensiva del cabello, lo que siempre mejora su salud y belleza, especialmente en el caso de cabellos secos o castigados. ¿Prefiere refrescar su color de siempre? En ese caso, conviene hacerlo de cinco a dos días antes de la boda, para aprovechar al máximo el brillo que tiene el pelo recién teñido o con mechas.