Fue una super estrella en los 80. Y veinte años más tarde, vuelve a serlo y con una luz propia como antes nunca tuvo. Demi Moore se ha convertido en un icono por muchas razones. Por su espectacular regreso al cine tras retirarse para criar a sus hijas. Por su boda con Ashton Kutcher, 17 años más joven que ella e ídolo de jovencitas. Por su espectacular físico, ya que a los 44 años está, sencillamente, más guapa que nunca. Y ahora, por ser la nueva imagen de la firma de cosmética Helena Rubinstein, que afirma haber encontrado en ella su musa.
"Cuando era joven aprendí de mi madre lo importante que es cuidar la piel a diario. Para ella, limpieza e hidratación eran básicas. Y para mí, esa sigue siendo la clave de todos los cuidados", afirma la actriz.
La estrella no duda en hablar sobre el tema de la edad. "Creo que se ha redefinido el concepto en cuanto a nuestra actitud hacia el envejecimiento. En la época de mi abuela, la misma actitud denotaba una mayor edad. Era más pausada, la gente solía decir: soy demasiado vieja para cambiar ahora. Pero en realidad lo que cuenta es lo que nosotros mismos nos permitimos experimentar y explorar. Ahora podemos conservar esa frescura manteniéndonos abiertos a diversas posibilidades. El verdadero atractivo reside en la gente que está viva e interesada por vivir".
Al preguntarle sobre cómo se mantiene en forma, Demi responde con una sonrisa. "Ahora lo veo de una manera menos conflictiva. Resulta más fácil: no me restrinjo siguiendo planes excesivos, sino que intento no perder la pasión por mantenerme sana y en forma".
El lema de la campaña cosmética es Live Brillantly, 'Vive con brillantez'. Para la actriz, la clave para conseguirlo es la confianza. "Creo que todos tenemos nuestros problemas de confianza. Podemos llegar a encerrarnos en nosotros mismos y sentir que somos los únicos que no la tienen cuando, de hecho, esa sensación es de las menos exclusivas que albergamos los seres humanos. Instintivamente, tenemos la sensación de estar separados los unos de los otros, y de hecho vivimos en cuerpos físicamente separados, pero en realidad estamos todos conectados. Y es precisamente ese proceso de liberarnos de nuestros miedos el que nos permite vivir con brillantez".
¿Siente acaso que ahora vive con más brillantez que nunca? "En cada una de las fases de la vida existen aspectos increíbles. No creo que "ahora" sea mejor. No me gustaría decir que "ahora" me va todo mucho mejor, aunque sí tengo la esperanza de haber adquirido algo más de sabiduría. No obstante, lo importante es el viaje, y no el destino. Si nos concentramos en el destino, solemos ahogarnos en dificultades, cuando lo cierto es que vivir con brillantez no se debe a lo que logramos, sino a aquello que superamos".
