Quizá son los pies los grandes olvidados dentro de la rutina de cuidados corporales, y muchas veces no somos conscientes de la importancia que tienen, pues no se tiene en cuenta que su bienestar es garantía de salud. Desde luego, y sobre todo durante el verano, no dudamos en 'maltratarlos' sometiéndolos a sandalias con tacones de vértigo o exponiéndolos al sol y a los cambios de temperatura sin piedad ninguna.
Con la llegada del otoño los zapatos cerrados vuelven a llenar los armarios y los pies pierden la libertad. Comienzan los dolores, la piel se reseca, se forman grietas en los talones y aparecen los callos. Y todo ello no sólo en mujeres de cierta edad, sino que también es frecuente en personas jóvenes. Sus consecuencias se deben a causas muy diversas: usar zapatos muy estrechos o con tacón muy alto, pasar muchas horas al día de pie, etc.
Por ese motivo debemos tener en cuenta las siguientes consideraciones a la hora de comprar calzado este otoño:
Es conveniente, tras seguir estos consejos, tratar los callos y durezas desde el momento en que aparezcan. Para ello existen apósitos para su cura y cuidados como los de Hansaplast o Compeed, con hidrocoloide, que terminan con estos problemas y previenen su aparición.