Sin duda, el 2001 está siendo un año intenso para el diseñador Narciso Rodríguez. Después de abandonar la dirección creativa en la firma española Loewe, el modisto se lanza a un nuevo proyecto y añadirá su nombre a la larga lista de creadores que apuestan por la industria del perfume.
Aunque aún no se ha barajado ninguna fecha para el lanzamiento, el diseñador acaba de llegar a un acuerdo con el grupo Beaute Prestige International (BPI), para que éste cree y comercialice su división de fragancias y cosméticos. BPI tiene también el control de las licencias de explotación de los perfumes de los diseñadores Jean Paul Gaultier e Issey Miyake.
"Estoy muy contento de crear mi primera fragancia con BPI", afirmó Rodríguez, quien es consciente de la experiencia y el éxito del grupo elaborando los aromas de diferentes diseñadores de reconocido prestigio.
El diseñador nacido en Nueva Jersey, que ha sido hasta octubre director creativo de la casa Loewe, es conocido por la pureza de líneas y el minimalismo de sus diseños. Su trampolín a la fama fue crear el traje de novia de Carolyn Bessete Kennedy.
"Narciso y BPI comparten los mismos valores. Narciso conoce el gran respeto de BPI por las ideas de los diseñadores y nosotros también hemos sido muy sensibles con su espíritu y su estilo", ha explicado la directiva de BPI Remy Gomez. Este contrato con Narciso Rodríguez es el primero desde la llegada de Gomez y dará a BPI una dimensión internacional, pues creará a partir de ahora perfumes de diseñadores americanos, europeos y japoneses.
