Françoise Coty

Por hola.com
¿Quién es?
Su ingenio se movilizó en busca del perfume soñado por las mujeres. Y él mismo se encargó de hacer estos sueños realidad con su personalísima y original concepción del mundo de las fragancias, sabiendo elegir las materias primas y combinarlas de una manera tan vanguardista que revolucionó la perfumería de su época.

Obras maestras
Sin duda, entre sus grandes y variadas creaciones sus obras maestras fueron Origan y Chipre. Precisamente esta última se convirtió en la fragancia modelo de una nueva categoría de perfumes homónima. Fue creada en 1917 y hasta su envoltorio llamó la atención, ya que hasta entonces éste era totalmente ignorado. Pronto comienza una fructífera relación con el artista joyero más prestigioso de Francia a principios de siglo, René Lalique, que acepta el reto que le plantea Coty: diseñar los frascos como auténticas joyas escultóricas para reproducirlas en serie.

Marketing de iniciación
A François, un "comerciante nuevo rico" no le veían con buenos ojos en lugares emblemáticos como los grandes almacenes del Louvre, y es conocida la anécdota en la que, lleno de indignación, rompió los frascos de perfume contra el suelo. Inmediatamente las clientas que abarrotaban el local impresionadas por el agradable olor empiezan a preguntar de qué se trata y siguiendo la estela del aroma dan de bruces con Coty que rápidamente les explica que la Rosa Jacqueminot es la culpable de tan insólito y bello efluvio. Naturalmente todas las mujeres allí presentes desean hacerse con un frasco de esa fragancia.
Si bien Coty innovó en aromas, frascos y packagings, sin duda fue un mago al crear todo un nuevo universo de comunicación: muestras, anuncios, carteles, catálogos y revistas propias. Dedicó, también por primera vez, un escaparate completo a un solo producto.

Olor a tinta
El éxito acumulado le llena los bolsillos de dinero y la mente de proyectos con más riesgo aún. Decidido a no detenerse y conformarse con influir en el mundo femenino quiere llegar a toda la sociedad, para lo cual desembolsa una cifra desorbitada para hacerse con Le Fígaro, el periódico con el que quería esparcir su filosofía. Sin embargo a los pocos años, desde 1921 hasta 1933, únicamente acumula pérdidas y Coty se arruina entre una maraña de traiciones y sinsabores. Fallece pobre, solo y lo que es aún peor, según le confiesa a un viejo amigo, "sin haber podido alcanzar el objeto de su último sueño, el olor de la madreselva". Con el paso del tiempo, la empresa Coty se ha convertido en una de las grandes firmas de la belleza y los perfumes, sin perder ni un ápice del espíritu que François Coty quiso imprimir a todas sus creaciones.