Isabel Preysler

Por hola.com

Lleva muchos años encabezando las listas de las mujeres con más estilo de nuestro país. Y no es extraño, pues a una imagen impecable -elige siempre el modelo más apropiado para cada ocasión-Isabel Preysler nunca escatima cinco minutos para dedicárselos a su piel, su cuerpo y su pelo que, según sus palabras, "dice mucho de las personas". Coincidiendo con su 50º aniversario, hola.com desvela esas costumbres que sin duda le ayudan a mantenerse bien y en forma.

  • El desayuno. Nada más levantarse, bebe un vaso de agua y toma un desayuno consistente: batido de fruta con yogur, té sin azúcar, tostadas con mantequilla, mermelada o miel.

  • Su debilidad. A mediodía, Isabel come ligero. Para la merienda, sin embargo, se resarce tomando tes aromáticos, que acompaña con bizcocho. "Soy muy golosa y no me resisto al bizcocho ni al chocolate. Soy casi adicta al chocolate, siempre hay una tableta en la nevera. Necesito que esté allí. Cuando más me gusta es después de comer y después de cenar".

  • La cena. Para la cena, completa y abundante, Isabel suele tomar sopas, verduras, pescados o pastas. Le encanta, por ejemplo, la crema de verduras y la pasta integral biológica con tomate que se hace en su casa, a base de una salsa natural elaborada con tomates biológicos y mezclada con queso.

  • Su régimen. Cuando Isabel Preysler considera que ha hecho una comida más pesada de lo habitual, lo compensa con un régimen ligero al día siguiente. "Me paso un día entero a fruta. Es la mejor manera de limpiarme y recuperarme. Los expertos dicen que es conveniente que se consuma un solo tipo de fruta ese día, sin mezclar. Si coincide, por temporada, suelo elegir la piña o manzana. Para no aburrirme, me la preparo de diferentes maneras. A veces, me tomo hasta seis piezas".

  • En forma. Isabel Preysler combina esa alimentación equilibrada con el ejercicio físico. Una vez a la semana nada, juega al pádel o al golf. Alterna la práctica de estos deportes con una tabla de ejercicios de estiramiento y pesas.

  • Su piel. Se esmera en el cuidado de su piel y, una vez a la semana, además del masaje terapéutico de rigor, acude al centro de belleza de Massumeh Massi, en Madrid, para recibir tratamiento facial. Como ha tomado mucho el sol en sus años más jóvenes, a partir de los 40 años lo ha dosificado bastante. No sale a la calle sin una crema protectora de índice 20 o 30 y cuando se encuentra en la playa, recurre a la protección total.

  • Su cabello. A la hora de mantener su imagen, a Isabel Preysler también le preocupa el cuidado de su cabello. "El mío tiene muy poca gracia, es lacio, sin cuerpo, y me lo tengo que lavar día sí y día no. Por eso utilizo productos naturales. Me parece importantísimo tenerlo sano y limpio, porque el pelo dice mucho del aspecto de una persona".