Es adicta al Chanel más moderno y divertido, y se viste sin reglas fijas: "no me gusta la obviedad, puede resultar fantástico un vestido de noche con botas o un jersey de rayas con falda de lunares". Las botas son precisamente su calzado preferido porque disimulan bastante su tendencia a los tobillos demasiado hinchados. Su fuerte son las dulces facciones de su cara y su melena rubia, cortada a capas para favorecer el rostro y jugar con los mechones sueltos cuando se hace un recogido. Como buena alemana, su debilidad son las tartas y galletas.
HELEN CHRISTENSEN Discreta y sencilla, quizá porque con esos ojazos de gata tiene ya mucho terreno ganado. Su busto ostenta el título de ser el más bonito y auténtico de las pasarelas. Es aficionada a adquirir antigüedades para decorar su apartamento y su cajón de ropa interior: "la lencería antigua es una de mis debilidades, son como delicadas obras de arte". Disfruta también coleccionando frascos de perfume: uno de sus favoritos es "Feminité du Bois", de Shiseido. "Me fascinan su color y su envase". Su alimentación es, según los entendidos, la más sana; la dieta mediterránea: aceite de oliva, pescado, vegetales, arroz "Me gusta encontrar tiempo para estirarme y que me den un buen masaje.
CHRISTY TURLINGTON Su vicio es dormir: ella asegura que sólo después de una buena siesta se siente realmente bien. De rasgos finos y sugerentes, sin duda recuerda a Audrey Hepburn. Turlington es una vegetariana infiel que alguna que otra vez le pega un buen bocado a una hamburguesa. Procura despistar esa imagen excesivamente clásica para una top-model con toques de excentricidad, como delata su tatuaje en el tobillo. Le encanta la fotografía y montar a caballo. Su porte aristocrático enamora a todos y es la favorita de los fotógrafos.
LINDA EVANGELISTA Basa su atractivo en su imagen camaleónica y su estilo a la hora de manejar las coordenadas: elegancia y modernidad. Dicen que lleva la ropa como si fuera sus segunda piel. Acude al gimnasio casi a diario y vigila su alimentación para mantener su figura a raya. Cuida especialmente su cabello con mascarillas y baños de aceites; es la única manera de que no pierda su brillo a pesar de las sucesivas coloraciones a las que le somete. Su truco de maquillaje: polvos blancos alrededor de los ojos para dulcificar la mirada.
KATE MOSS Combina los vestidos glamourosos con sus zapatillas deportivas para ir a bailar y lo más sorprendente, ¡le queda muy bien! Pero si ha de dar la cara, se viste un Calvin Klein y presume de estilo y delgadez. Es tan normal, que si alguien se cruza con ella por la calle no repararía en ella. Su mejor baza: sus ojos separados de mirada lánguida, que ella procura resaltar con el maquillaje, con dos o tres capas de máscara negra. Luce una piel transparente y envidiable a todas horas, quizá gracias a la humedad ambiental de su Inglaterra natal.
KAREN MULDER Sonríe y sonríe consciente de la perfección y la dulzura de su rostro. Le gusta ir muy vestida, con modelos de alta costura. Es romántica y femenina, por eso evita los volantes y los perifollos y se atreve con los atrevidos diseños de Thierry Mugler. "Me gustan los cosméticos naturales y hago curas a base de frutas para depurar mi organismo. Baso mi alimentación en pescado, legumbres y pasta, ¡me encanta!".
NAOMI CAMPBELL Es la más caótica en lo que se refiere a alimentación: devora hamburguesas con patatas, sandwiches bañados en mahonesa, perritos calientes, aros de cebolla Es muy aficionada a llevar y coleccionar las gangas de los mercadillos. Le gusta el estilo hippie y el de los años sesenta. Se oculta siempre con gorras de basket, sombreros y grandes gafas de sol. Su maquillaje antes de salir a escena requiere un minucioso trabajo de bases y correctores para convertir unos rasgos generosamente africanos en encantadoras y exóticas facciones. Últimamente evita el gimnasio para no ponerse demasiado musculosa y asegura que tiene unos pies feos y deformados -además de grandes; calza un 40- de tanto bailar en las discotecas, sin duda, su forma particular de estar en forma.