Enero=apuntarse al gimnasio. Un mes y un propósito que suelen ir de la mano. Durante este primer mes del año es cada vez más habitual ver cómo en las instalaciones deportivas se llenan de nuevos clientes dispuestos a combatir los kilos de más tras los excesos y comilonas navideñas.
Por eso, desde la Federación Nacional de Instalaciones Deportivas (FNEID), inciden en que no es sólo tras las navidades cuando hay que ponerse manos a la obra. Hay que acostumbrarse a incluir el ejercicio entre nuestras rutinas saludables durante los 12 meses del año. ¿La razón? “Si conseguimos superar la barrera de los tres primeros meses, el hábito de practicar ejercicio habrá entrado en nuestras vidas para quedarse ya que son muchas las razones por las que el deporte influye de forma positiva en nuestro día a día”, afirma Hortensia Vigil, presidenta de FNEID. En cualquier caso, hay que tener en cuenta una serie de claves para no caer en el intento.
-No hay milagros. Hay muchas personas que acuden al gimnasio pensando que la recompensa en forma de kilos de menos se notará casi de forma inmediata… Craso error. Lo que el cliente debe tener claro es que bajar los kilos de más es una tarea continuada en el tiempo, que requiere constancia y práctica diaria.
-La importancia de elegir bien. Tan rápido como los gimnasios se llenan en enero de nuevos clientes, son pocos los que se mantienen durante los meses posteriores. El motivo es que estos se cansan rápidamente bien porque la actividad que han elegido les parece demasiado dura o bien porque no ven resultados de forma inmediata. La clave está en elegir una actividad que nos guste, acorde con nuestros intereses, edad y limitaciones y que estemos bien asesorados por personal cualificado para que no suframos ninguna lesión innecesaria por haber practicado deporte de forma errónea.
-Elegir el mejor gimnasio. Para que acudir al gimnasio no se convierta en una carrera de obstáculos, que nos haga desistir antes de tiempo, debemos buscar una instalación próxima a nuestro hogar o centro de trabajo, con un horario que sea compatible con nuestras tareas cotidianas, unas instalaciones que se encuentren en buen estado y monitores que nos ayuden a practicar ejercicio de forma correcta.
-La dieta, perfecta ‘pareja de baile’. La práctica de deporte debe ir acompañada de una dieta equilibrada, rica en frutas y hortalizas. De nada servirá que el usuario se “machaque” en el gimnasio si después come sin mesura.
Todo son ventajas
Una vez más te animamos a poner tu cuerpo en marcha. Practicar ejercicio físico te ayudará tanto desde el punto de vista físico como psíquico. A nivel físico, el deporte ayuda a prevenir la aparición de enfermedades asociadas al sedentarismo y al nuevo estilo de vida del siglo XXI, tales como la obesidad, el colesterol, la diabetes, osteoporosis o dolencias cardiovasculares.
Asimismo, ha quedado demostrado que practicar ejercicio físico con regularidad contribuye a mantener un equilibrio mental y anímico, al reducir los niveles de estrés y ansiedad generados por las tensiones y el ritmo frenético del día a día. Cuando practicamos ejercicio, generamos endorfinas que producen un efecto positivo sobre nuestro estado anímico, lo que nos ayuda a sentirnos mejor. Eso se une a que los gimnasios se han convertido en espacios de socialización donde las personas amplían y/o afianzan las relaciones personales, lo cual contribuye a mantener un equilibro mental.
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