¿Dolor de espalda? ¡Dese un masaje!

La búsqueda de calma, en medio del estrés diario, encuentra en ellos la combinación perfecta de tratamiento y relax

Por hola.com

La demanda de masajes crece rápidamente, motivada por el deseo de regalarse un momento tranquilo y gratificante. Este auge ha propiciado la diversificación de las técnicas destinadas a aliviar las distintas dolencias, que van desde la tensión acumulada en una zona del cuerpo a la retención de líquidos. Cada problema posee un masaje particularmente indicado para aliviar sus síntomas y, de paso, disfrutar de unos minutos de placer. ¿Se anima a elegir el que más le va?

  • Californiano
    Es un masaje para cargarse de energía positiva. Se caracteriza por los movimientos lentos y largos a través de los meridianos, ejes que cruzan el organismo, por los cuáles fluye la energía. Requiere de mucha energía por parte del que lo realiza, y permite que el receptor disfrute y equilibre su parte psíquica y emocional. De hecho, se dice que es el remedio ideal para los momentos de baja autoestima. Se puede combinar con extractos vegetales de rápida penetración para mejorar los resultados. Al no pretender curar ninguna dolencia física, se trata de un masaje fácil de aprender y muy recomendable para mejorar las relaciones de pareja.
  • Tailandés
    Consiste en una mezcla de estiramientos, similares a las posturas del yoga, con presiones que estimulan las terminaciones nerviosas. Las largas oscilaciones de las manos a través de los meridianos energéticos disipan la tensión suavemente. Se aconseja para conseguir flexibilidad corporal y para recuperar el equilibrio perdido a diario.
  • Otefuki
    Se trata de una técnica oriental que utiliza la aplicación de toallas calientes (oshiboris) en lugares estratégicos, para conseguir a través del contraste frío-calor un aumento de la microcirculación sanguínea. Suele utilizarse como paso a previo a otros tratamientos, ya que consigue que la piel esté más receptiva a la aplicación posterior de productos. Ideal para pieles grisáceas y sin brillo.