Belleza 'sin conservantes ni colorantes'

Por hola.com

El comienzo del siglo XXI ha significado el boom de los productos naturales y orgánicos. Al menos en Estados Unidos, donde, avalados por el apoyo incondicional de algunos famosos, su empleo para la elaboración de productos de belleza está en pleno apogeo. Tanto, que al otro lado del Atlántico se habla de días contados para los productos artificiales y los remedios caseros. El eslogan "sin conservantes ni colorantes" parece haber tomado fuerza.

Pronto han surgido las boutiques de belleza y salud especializadas en este área. Uno de los ejemplos más destacados es la neoyorquina Whole Body, cercana al Whole Foods Market. Allí acuden rostros muy famosos de la sociedad norteamericana, como la actriz Sarah Jessica Parker o la cantante de soul Mary J. Blige, entre otros, a comprar verduras y pastas orgánicas e incluso champús de aguacate. Y es que nada es imposible en estas tiendas.

En la tienda, los clientes son asesorados para conocer las virtudes de algunas de las joyas que tienen en sus estanterías. En Whole Body, los clientes pueden encontrar cerca de 50 marcas de productos de cuidado corporal, desde desodorantes de extracto de pomelo natural hasta mascarillas exfoliantes hechas a base de calabaza.

Meredith Williams, la encargada de la boutique, tiene muy claro cuál es la diferencia entre los productos que allí se venden y los convencionales: "Somos muy estrictos al elegir los productos que vamos a comercializar. No vendemos aquellos con conservantes, olores o fragancias artificiales. Y además, los productos son totalmente seguros, pero no son testados en animales previamente".

"Cabe la posibilidad de que el cliente siga viendo nombres de compuestos químicos en productos calificados de naturales", explica Williams. Por ejemplo, un conocido conservante es llamado methyl paraben. "Es un conservante, pero es también el más benigno de todos los que la industria de comida natural ha descubierto". Los productos comerciales suelen usar conservantes más duros.

Sin duda, esta industria natural ha experimentado un auténtico resurgir. Comenzó a ponerse de moda con todo el fenómeno hippie, en la década de los 60. Poco a poco se ha ido modernizando y las líneas de algunos productos que llevan en el mercado muchos años se han lavado la cara para volverse más atractivas. Todo porque la opinión pública finalmente ha prestado atención al la industria de la belleza natural.

Las gamas de belleza no son dañinas para la piel y la respetan, pero a la vez la rejuvenecen y la protegen. Se basan, sin duda, en la prevención, al contrario que las líneas que desarrollan productos que tan sólo resuelven el problema. "Es como un alimento saludable para su piel", concluye Williams.