Ana de Armas debutaba como nominada en la 95 edición de los premios Oscar, noche en la que podría llevarse su primera estatuilla dorada gracias a su interpretación de Marilyn Monroe en Blonde. Para la especialísima ocasión, la actriz cubana ha repetido su estrategia favorita: recordar con su look a la Ambición rubia.

Llegaba al teatro Dolby de Los Angeles, donde se entregan estos prestigosos galardones, con un ajustado vestido de paillettes metalizados sobre fondo nude creado por su firma de cabecera, Louis Vuitton.

El diseño, con escote redondeado y sin mangas, resaltaba sus curvas como si de la auténtica Marilyn se tratara. A partir de media pierna, se abría gracias a unos pétalos del mismo tejido hasta terminar en una discreta cola.

La actriz ha acompañado el exclusivo vestido con joyas de la línea de Alta Joyería de la maison. En concreto, ha lucido pendientes con forma de aro, un anillo y un brazalete doble que combinaban con los destellos plata de su look.

Para el peinado, ha optado por la naturalidad llevando su melena oscura prácticamente lisa, con movimiento en las puntas y raya central. Una apuesta por ser ella misma que también se reflejaba en su maquillaje, en el que la mirada verde era el foco central.

Anoche, en una cena organizada por Netflix para los nominados, Ana lució un vestido muy parecido, aunque de largura midi. Ya entonces nos acordamos de Marilyn y el vestido que Kim Kardashian llevó en la última gala MET, pero las referencias hoy, con el diseño largo, han sido todavía más claras.