"No hables, no hace falta que hables, tú sabes cómo yo soy y aquí no lo podemos hablar, tú sabes lo importante que eres para mí pero este no es el lugar para hacerlo (...) Tú y yo ya hemos hablado y sabes que me está gustando mucho cómo estás haciendo las cosas", calmaba María del Monte a Isa que no paraba de llorar