Después de mediodía, y tras la llegada de los invitados hasta la iglesia, se producía el instante más esperado: la novia llegaba radiante en un Cadillac negro y del brazo de su padre, Carlos Pérez-Pla Westerdorp, con el que caminaba hacia el altar. En ese instante se desvelaba el secreto mejor guaradado: su look nupcial. Para su enlace, Carlota ha apostado por un vestido de líneas en tono marfil, con escote en V, una una sobrecola de estética vintage, velo corto y un ramo de flores silvestres.
El novio, por su parte, ha hecho su entrada a la iglesia de San Julián de Somió, del brazo de su madre, la gijonesa Nieves Varela, que tal y como señala la prensa local, ha ejercido de perfecta madrina