En 2009, el intérprete protagonizó la película Dieta mediterránea junto a Olivia Molina y Alfonso Bessave, recibiendo una gran acogida en el Festival Internacional de Cine de Berlín. Dos años después, protagonizó No lo llames amor... llámalo X y en 2012 decidió afrontar un nuevo reto dirigiendo su primera película, Carmina o revienta, inspirada y protagonizada por su madre y su hermana, lo que condujo a que su familia se convirtieran en una de las más mediáticas.