En todo este tiempo de convalecencia, el malagueño ha contado con la mejor ayuda posible: la de su pareja, Nicole Kimpel. Ha sido la holandesa la encargada de cuidarle como si de una auténtica enfermera se tratase. Eso sí, lo ha hecho respetando el aislamiento. Así, ideó un servicio de habitaciones muy peculiar y exclusivo en el que los manjares no entraban por la puerta, sino por la terraza de su casa