Ir al contenido principalIr al cierre de página
Es Tendencia
Foto familiar en St. Moritz© Getty Images

En el libro "Mi vida con Christina Onassis: la verdadera historia jamás contada"

Así era la vida privada de Christina Onassis según su confidente más leal: romances, secretos y soledad

Marina Dodero revela los secretos mejor guardados de su gran amiga, la mujer más del mundo: "Era una mujer obsesiva, rutinaria y monotemática: cuando algo se le ponía en la cabeza, no se le podía contradecir"


20 de julio de 2025 - 15:36 CEST

Christina Onassis fallecía por sorpresa un 19 de noviembre de 1988 a los 37 años en Buenos Aires. Una noticia que conmocionaba al mundo entero. A pesar de su corta edad, la apasionante vida de la hija del magnate Aristóteles Onassis copaba día tras día titulares. Su gran confidente, Marina Dodero, ha rendido homenaje a su mejor amiga en un íntimo libro, Mi vida con Christina Onassis, la verdadera historia jamás contada. Su misteriosa personalidad, su lujoso y cuidado estilo y su exclusivo círculo de amigos, convirtieron a Christina Onasiss en una de las celebridades más buscadas de la década. Todos querían una fotografía de la hija del multimillonario y poderoso Ari, como llamaba su entorno más cercano al empresario naviero griego. Sin embargo, estar en el foco de todas las miradas y su estricta educación, le pasó factura.

Media Image© Getty Images
Media Image© Getty Images

El vínculo entre Marina Dodero y Chistina Onassis era inquebrantable, por muchas tempestades que vinieran, ambas siempre salían fortalecidas, eso sí, juntas. Estaban destinadas a conocerse, pero también a entenderse. Se movían en los mismos círculos, puesto que la historias de sus respectivas familias estaban unidas tanto a Grecia como a Buenos Aires y, aunque sus vidas no fueron paralelas, su unión fue más allá del tiempo y la distancia. Tal era la relación, que fue la propia Marina quien encontró el cuerpo sin vida de su gran amiga en el baño de su casa, ubicada en el exclusivo Tortugas Country Club, una zona residencial de Buenos Aires, la historia se apagó para siempre hasta que tomó la decisión de dar a conocer la historia de la multimillonaria heredera, más allá de lo que las portadas de las revistas habían publicado. 

Christina, en una imagen de 1970© Getty Images

La complicada relación con su padre tenía nombre de mujer

Aristóteles Onassis y Athina Livanos, hija del poderoso armador Stavros Livanos, se daban el 'sí, quiero' en una boda celebrada en 1946 en la ciudad de Nueva York. Él tenía 40 años, Tina, como era cariñosamente conocida, 17. Su enlace no solo fue el evento social del año, en el que se dio cita toda la jet-set, sino también simbolizaba la fusión de dos de las familias navieras más influyentes de la época. Padres de dos hijos, Alexander y Christina, su historia de amor no pudo con todo y estuvo empañada por las continuas deslealtades del empresario. 

Imagen familiar de Aristóteles Onassis con su mujer, Tina, y sus dos hijos, Alexander y Christina© Getty Images
  Chstina posando en el barco que su padre llamó como ella© GTRES

Después de 14 años juntos, se separaron tras descubrir Tina a su marido con la cantante Maria Callas. La relación de Christina con sus padres cambió en ese momento para siempre. Aunque admiraba profundamente a su progenitor, según el testimonio de Marina Dodero, jamás le perdonó su infidelidad y la soprano se convirtió en su enemiga. Por su parte, el empresario tampoco aprobó las conquistas de su hija, de hecho, tras su primera boda con Joseph Bolker, amenazó con desheredarla. Tras su romance con Callas, la cosa no fue a mejor y Jackie Kennedy irrumpió en sus vidas. Aristóteles se casó con la viuda del expresidente de Estados Unidos, a la que sus dos hijos nunca vieron con buenos ojos, criticaban hasta la decoración que Jackie contrataba. 

   Bonita imagen padre e hija© GTRES

Tal y como relata la autora, el magnate desaprobaba los gustos de su hija, que prefería siempre las patatas fritas, acompañadas por una Coca-cola, que las langostas con un delicioso Pétrus blanco. Le reprochaba que no supiera valorar lo que a él tanto le había costado conseguir. El punto de inflexión se produjo tras la terrible muerte de Alexander en un accidente de avión en 1973 y con tan solo 24 años. Su padre, devastado por el suceso, centró todas sus miradas en la única heredera de su legado y la preparó como su sustituta. "Pobre niña rica", se murmureaba allá donde iba la querida Christina, que según su amiga, nunca tenía suficente con nada, puesto que ya había nacido rodeada de lujos y excesos. 

Cuatro matrimonios y cuatro divorcios

Marina Dodero confiesa que el historial amoroso de la mujer más rica del mundo no due sencillo. Según sus propias palabras, no paraba hasta conseguir al hombre en el que se había fijado. Llegando incluso a alquilar un apartamento en Sutton Place, el mejor lugar de la época en Nueva York, para festejar sus 21 años por todo lo alto, con el objetivo oculto de conquistar a Mick Flick, heredero de una de las fortunas industriales más controvertidas de Europa. No solo sus planes se vinieron abajo, sino también provocó el enfado de su popular padre, que cuando vio que el piso escogido no estaba a la altura del nivel de su única hija, se enfadó muchísimo. "Era una mujer obsesiva, rutinaria y monotemática: cuando algo se le ponía en la cabeza, no se le podía contradecir", recalca. 

Media Image© Getty Images

Peter John Goulandris podría haber sido uno de los amores de la vida de Christina, sin embargo, no llegaron a contraer matrimonio. Peter, primo de Marina Dodero, provenía de otra poderosa familia naviera griega, lo que lo hacía parte del mismo universo empresarial y social. La vida amorosa de Onassis fue tormentosa y, aunque se casó hasta en cuatro ocasiones, todas acabaron en separación. En 1971, contrajo matrimonio con Joseph Bolker, un empresario estadounidense 27 años mayor que ella. Solo duraron juntos 9 meses y nunca contó con la aprobación familiar. 

Una fotografía de archivo de Christina Onassis© Getty Images
Una fotografía de archivo de Christina Onassis

Cuatro años más tarde, la heredera helena volvía a darse el 'sí, quiero'. En esta ocasión con el atractivo joven Alexander Andreadis, descendiente también de una familia naviera griega. Uno de los capítulos de la obra está destinado a este romance, que duró dos años. Dodero confiesa que las diferencias sociales marcaron la relación. "Le molestaba su falta de refinamiento", sentencia´Además, revela que "me enteré de que estaba embarazada de una niña y que había tomado la decisión de perderla cuando estaba por la mitad de su gestación". 

Christina, el día de la boda con Alexander Andreadis© Getty Images
Christina, el día de la boda con Alexander Andreadis

Su tercer matrimonio, Marina lo define con el título de unas de las películas favoritas de Onassis, Doctor Zhivago. Durante una reunión de negocios en París, Christina conoció a Sergei Kauzon, con el que casó en Moscú, ciudad a la que se trasladó por amor:"Su vida no fue fácil, tengo que decirlo, ya que compartía un pequeño cuarto dividido por una cortina con la madre de Sergei". La unión  duró 17 meses, pero ella, que ya se había trasladado con su marido a Europa, se ocupó de que estuviera bien situado después de sacarlo de la Unión Soviética. La relación prosperó en una gran amistad. 

Christina Onassis y Sergei Kauzon© Getty Images
Christina Onassis y Sergei Kauzon

Thierry Roussel fue su último marido y, además, el padre de su única hija, Athina. Su historia de amor duró de 1984 a 1987 y las infidelidades volvieron a protagonizar uno de sus peores capítulos. "Los miembros del círculo íntimo de la novia nos quedamos charlando después de la ceremonia: todo el mundo decía que Christina había perdido la razón", dice durante su testimonio, recordando con la propia novia le contó que estuvo a punto de echarse atrás instantes previos a la boda porque él exigió casarse en bienes gananciales. Ella se volvió loca de amor y compraba con dinero todo lo que él no le podía dar, según relata su confidente. Aunque la relación fue tormentosa, le dio lo que más ansiaba, a su pequeña Athina.

Christina Onassis con Thierry Roussel © Getty Images
Christina Onassis con Thierry Roussel
Christina Onassis, el día de su boda con Thierry Roussel © Getty Images
Christina Onassis, el día de su boda con Thierry Roussel
Christina Onassis con Thierry Roussel y su hija, Athina© Getty Images
Christina Onassis con Thierry Roussel y su hija, Athina

Athina, su gran pasión

La vida de Christina fue turbulenta, estuvo marcada por la polémica y la fuerte depresión que arrastraba tras el fallecimiento de su hermano, su madre y su padre en tres años consecutivos. La hija de Aristóteles, que siempre sufrió problemas de salid mental y alimenticios, llegando a ingresar en clínicas para perder peso, como en la Buchinger de Marbella, solo encontró la alegría con el nacimiento de su primera y única hija, Athina, su gran legado. 

Fotografías de madre e hija tomada en 1985
 
© GTRES
Fotografías de madre e hija tomada en 1985
Foto familiar en St. Moritz© Getty Images
Foto familiar en St. Moritz

Una de las anécdotas, desconocidas hasta la fecha que desvela el libro, es que a Christina Onassis la idea de perder a su bebé le generaba auténtico temor, por ello contrató al doctor Lanvin, el mejor obstetra de París, para que cerrara su consultorio y estuviera su lado todo el tiempo. "Sin dudarlo, le propuso que se mudara con su mujer a Avenue Foch (su residencia) para que estuviera con ella veinticuatro horas por cualquier cosa que pudiera suceder. Así fue como uno de los médicos más prestigiosos del mundo pasó seis meses al lado de Christina para supervirsar cada uno de sus movimientos", dicta.

Christina y Athina en París© Getty Images
Christina y Athina en París

Durante las 241 páginas que contiene el libro, que acaba con la publicación del propio testamento de la empresaria de sangre aristocrática, Marina expresa las ganas que tenía Christna de ser madre, sobre todo en los últimos tiempos. Madrina de su segundo hija, Tweety, y con una especial relación con la mayor, Carmine, Onassis encontró en las dos hijas de su amiga un gran apoyo para salir adelante. Cuando nació la pequeña Athina, el 29 de enero de 1995, quiso criar a las tres bajo los mismos valores, educación y vara de medir, que era igual de estricta que la que su padre empleó con ella. "Me enternecía ver cómo Christina consentía a mis hijas como si fueran suyas", recalca. 

Media Image© Getty Images

Para describrir cómo la maternidad transformó a la celebridad de la décado de los 80, nos basamos en las propias palabras de su gran confidente, que vivió con ella los mejores, pero también los peores momentos, para poder dar fe de lo que Athina despertó en su madre. "Conocí a Athina en París cuando cumplió un año. Al contrario de su madre, era callada y apenas levantaba la voz: todavía recuerdo su mirada con esos enormes ojos que me escrutaban con atención. Me sorprendió ver lo cambiada que estaba Christina: se había convertido en la mejor madre que vi en mi vida. Todas las mañanas pedía que la despertaran una hora que a Athina, así tenía tiempo de acicalarse, peinarse  y estar lista para cuando la pequeña despertara. Hasta el día que murió, así fue la relación de Christina con su hija".

Su último romance

No es de extrañar que una mujer que vivió en el exceso, el lujo, la exclusividad y que cada minuto de su vida lo disfrutaba con pasión desmedida, se marchara para siempre de la misma manera. Según Marina Dodero, Christina, la mujer más rica del mundo desde que falleciera su padre en 1975, disfrutó de sus últimos días en su querida Argentina como nunca antes. La veía feliz, ilusionada, con ganas de comenzar de nuevo. Sin embargo, todo cambió a la mañana siguiente, cuando se la encontró en el cuarto de baño de su propia casa. Un momento que no ha podido borrar de su memoria. 

Media Image© Getty Images

Por aquel entonces, su gran amiga mantenía un romance secreto con su hermano, Jorge, con el que incluso llegó a obsersionarse. La historia podría haber quedado ahí, sin más, en la mente de la autora del libro, pero responsable de preparar el último adiós de su confidente, de su querida Christina, se enteró de que el día antes de su mujere, su amiga se había comprometido ante el obispo ortodoxo. "Me lo contó el mismo (el obispo), quien también me aseguró haberlos visto muy felices. Horas después, Christina regresó con una gran sonrisa en su cara, pero apenas me contó cómo le había ido", afirma con nostalgia. 

¡HOLA!, muy presente en sus días

"Mi amiga se fue a buscar el nuevo ¡HOLA!, una de las pocas revistas que leía", así hemos podido saber que la recordada Christina Onassis, heredera del mayor imperio naval del siglo XX, era una de las queridas lectoras de nuestra revista y que no fallaba a su cita, tal y como la propia Marina Dodero, que ha reeditado este libro junto al escritor Rodolfo Vera Calderón, ha contado. 

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.