Salió con el jinete durante dos años
Sonia Ferrer nos revela qué opina sobre el noviazgo de Álvaro Muñoz Escassi y María José Suárez
‘Están solteros y espero que los dos sean felices. Poco más puedo decir’, asegura la presentadora, que continúa su relación con el inspector de policía, Sergio Fontecha
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Relajada y feliz, Sonia Ferrer acudía al estreno de Tina, el musical: “Lo que más me gusta de Tina es que es una mujer tremendamente empoderada, fuerte y que ha triunfado haciendo lo que más le gusta. Ha sido un ejemplo de una época en la que a las mujeres les resultaba más complicado pisar fuerte como lo hacía ella. No digo que ahora sea fácil, pera era más complicado en aquel momento”, nos dijo a su llegada al Teatro Coliseum, de Madrid. Una ocasión que aprovechamos para hablar con ella de su actual relación sentimental con Sergio Fontecha, un licenciado en Derecho que trabaja como inspector de policía de la UIP (Unidad de Intervención Policial), con quien ha pasado sus primeras vacaciones de verano, de sus proyectos profesionales y de la relación de la modelo y diseñadora María José Suárez con su ‘ex’, el jinete Álvaro Muñoz Escassi, con quien la presentadora rompió en 2015 después de algo más de dos años de noviazgo: “Me enteré como todo el mundo por la prensa y la verdad es que les deseo que les vaya bien. Están solteros y espero que los dos sean felices. Poco más puedo decir”.
-¿No mantienes el contacto con él?
-No, no tengo ningún contacto. No sé nada de él y tampoco sé cómo le va.
-A ti se te ve feliz.
-Es que lo soy. En estos momentos, tengo la sensación de que soy una mujer muy afortunada en muchos aspectos de mi vida y no puedo negar que la vida me sonríe.
-Cuando salió a la luz pública tu noviazgo con Sergio Fontecha, se armó un gran revuelo.
-Bueno…Mi noviazgo con Sergio ya se conocía de antes lo que pasa un día nos fotografiaron dándonos un beso en plena calle que llamó la atención. La verdad es que se habló mucho de esa fotografía.
-Tenéis vidas completamente distintas.
-Lo que tenemos son trabajos muy diferentes, pero nos parecemos más de lo que te puedas imaginar. Con el tiempo he aprendido que los polos opuestos no se atraen, sino que se repelen. Si no caminas en una misma dirección, no hay nada que hacer.
-¿Cómo has vivido tu primer verano junto a él?
- Ha sido un veraneo muy bueno y lo he vivido feliz, porque el del año pasado, salvo un par de días que me escapé, no lo disfruté. Estábamos en plena pandemia y no era momento de viajar ni de hacer nada. Fue complicado para todos. Yo creo que lo que ha pasado este año es que todos hemos cogido el verano con muchisima ilusión y con muchas ganas de movernos.
-¿Qué has hecho?
-Estuve en Formentera, en el Algarve, en Portugal, y también en Asturias, donde un amigo alquiló una casa rural a la que fuí acompañada por mi chico y mi hija.
-¿Profesionalmente cómo estás?
-Estoy bien, aunque no negaré que estaba mejor antes de la pandemia. A algunos nos ha afectado laboralmente bastante. Afortunadamente, parece que las cosas van volviendo a la normalidad poquito a poco y no me refiero sólo a que ya se estén celebrando estrenos como éste sino también al trabajo con la puesta en marcha de nuevos proyectos.
-¿Tienes alguno entre manos?
-Hay cosas que se están preparando y espero poder encajar en alguno.
-¿Echas de menos presentar?
-Por supuesto que sí, porque he tenido la suerte de trabajar en proyectos que me han ilusionado desde el principio. Ahora como colaboradora también estoy aprendiendo y disfrutando, aunque me falta esa cercanía con la redacción que tienes cuando presentas.
-¿Qué te gustaría hacer?
- A mí me encantaría tocar formatos que no he hecho nunca, pero también es cierto que, haciendo lo que he hecho toda la vida, me siento cómoda. Además, lo disfruto muchísimo más que antes. De todos modos, lo que me llegué bienvenido será.
-Hace unas semanas confesaste que estuviste a punto de morir por una negligencia médica, ¿nunca has querido demandar?
-No estuve a punto de morir. Se han hecho muchas interpretaciones de lo que conté sobre un tumor de hueso que me estrangulaba la médula y que me podía haber dejado postrada en una silla de ruedas. En su día pensé en buscar justicia, incluso ir a los médicos para enseñarles el diagnóstico, pero nunca lo hice porque no me gusta recrearme en lo malo.
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