Inés Sastre, su vida hoy
Hace balance, al cumplirse un año de su vuelta a España, y nos habla del gran amor de su vida, su hijo, Diego, de quince años, y de su regreso a primera fila como imagen de una nueva campaña
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El 2 de septiembre, Inés Sastre celebró el primer aniversario de la nueva etapa de su vida. Un año desde que se instaló en Madrid con y por su hijo, Diego, después de treinta años viviendo en París. Doce meses en los que ha habido alegrías y risas, reencuentros, vértigo y también momentos muy dolorosos. Han sido muchas emociones encontradas difíciles de asimilar en un tiempo récord, por eso el verano también ha sido catalizador de reflexiones y tiempo de hacer un duelo que probablemente no había aún podido asumir. Ahora Inés encara su segundo otoño en España repleta de energía, ilusiones y como protagonista de una nueva campaña. La modelo es imagen y embajadora de dermamelan®, el nuevo tratamiento despigmentante médico de la firma mesoestetic®, al que se ha sometido ella misma con sorprendentes resultados.
—Se acaba de cumplir un año desde que te mudaste a Madrid después de treinta años viviendo en París. ¿Crees que acertaste en tu decisión?
—Se cumplió un año el dos de septiembre. Absolutamente sí creo que acerté con la decisión de mudarnos a Madrid. Me da mucha alegría también que Diego se haya adaptado tan bien y esté tan contento. París siempre será una ciudad muy importante para mí, pero estoy contenta también de haber vuelto a Madrid.
—¿Te ha resultado fácil adaptarte a esta nueva etapa?
—La gente ha sido muy amable conmigo, me ha facilitado muchísimo las cosas. Me he reencontrado con mucha gente que llevaba años sin ver, incluso de Nueva York, francesa, italiana que ahora vive aquí…
—Tu hijo fue el motivo principal de tu decisión de instalarte en Madrid.
—Sí, pienso que Diego necesitaba vivir una época en España, quería que conociera su país y no estuviera en tierra de nadie. Esperé un año más para que coincidiera con el buen año del ciclo escolar. No ha sido una decisión tomada de la noche a la mañana.
—Has comenzado una nueva etapa y ha sido un año con muchos cambios.
—El regreso a España también ha tenido una cosa muy bonita y es que me ha permitido acompañar a mi padre hasta el final. En cierto modo creo que ha estado esperando mucho tiempo a que yo volviese para poder irse él, y haber podido estar aquí me alegra mucho.
—Y ahora llega el otoño y con él una nueva campaña.
—El veintiuno es mi número de la suerte y estoy convencida de que este es un año de grandes transformaciones, cambios, nuevas ideas y nuevos contratos.
—Eres imagen y embajadora de dermamelan®, el nuevo tratamiento despigmentante médico de mesoestetic®, al que tú misma te has sometido.
—Esta es una nueva campaña que forma parte de una nueva etapa y, además, se trata de un nuevo tratamiento que me gustaría que la gente descubriera. Nunca es fácil hablar de los defectos, pero existen y ahora hay nuevos métodos y productos para sentirte más joven, guapa y más acorde con tu edad.
—Estarás contenta con el tratamiento porque el resultado es bastante impactante.
—Sí, la verdad es que ha funcionado muy bien, ves unos resultados espectaculares y continuaré con el tratamiento durante el invierno.
—¿En este momento cómo te ves no solo físicamente, sino anímicamente?
—Me veo más fuerte. Creo que el cambio me ha hecho bien. A veces, cuando te sientes estancada en una situación, hay que saber cambiar las cosas. La inteligencia es la capacidad de adaptación.
—Últimamente, has repetido en alguna ocasión: “Estoy soltera y sin compromiso”, casi como si fuera una declaración de intenciones…
—Te diré que probablemente la mejor convivencia que he tenido es con mi hijo, nos llevamos realmente bien y es muy divertido vivir con él. No se puede decir nunca jamás, pero es cierto que me he acostumbrado a mi soledad y estoy muy a gusto en ella. Me he vuelto muy independiente y me parecería difícil en este momento convivir con alguien.
—Te costaría convivir, pero ¿y enamorarte?
—En este momento es que no me da la vida —ríe—. Creo que mis prioridades van por otro camino, pero uno siempre tiene que estar abierto a lo que te llegue. Esto de intentar premeditar todo… A la larga creo que hay que dejar que fluya la magia.
—Diego es el gran amor de tu vida.
—Sí, absolutamente. Y además es muy divertido porque nos llevamos tan bien, nuestra casa es una mezcla entre una organización muy severa y una comuna hippie. Tenemos una convivencia muy alegre, muy divertida y con muchísimo respeto.
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