España emociona en los Juegos Olímpicos más diferentes de la historia
Desde el paseo de los abanderados a las lágrimas de Adriana Cerezo al ganar la primera medalla para nuestro país
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Por fin dieron comienzo los esperados Juegos Olímpicos de Tokio, después de ser pospuestos a causa de la pandemia. La llama olímpica llegaba al pebetero para dar comienzo a las olimpiadas más diferentes de la historia, con mascarillas y sin público, que arrancaron con una sobria ceremonia inaugural, en la que Alejandro Sanz actuó de manera virtual cantando Imagine.
Los abanderados españoles, Mireia Belmonte y Saúl Craviotto, encabezaron el desfile de nuestros deportistas, que han comenzado con muy buen pie. España inauguraba el medallero con la plata de Adriana Cerezo en taekwondo, en una vibrante final. La deportista madrileña, de diecisiete años, ha hecho historia y recogía, entre lágrimas, el ansiado metal. Después, pedía perdón por no haber logrado el oro, un gesto que dice mucho de esta niña prodigio que ha emocionado a todo el país y que comenzó en el taekwondo a espaldas de sus padres, apoyada por su abuelo José, con quien veía películas de Bruce Lee. Antes de ir a Japón, aprobó la EBAU y comenzará a estudiar Criminología, aunque no descarta ser GEO (Grupo Especial de Operaciones de la Policía Nacional). No ha sido la única medalla española; al cierre de estas líneas, David Valero ganaba el bronce en ciclismo de montaña.
Simone Biles, la gran estrella de los JJOO de Tokio, se retira también de la final individual
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