Hablamos con María del Prado, la princesa flamenca

La mujer de Pablo de Hohenlohe dirige el Festival Flamenco que este verano lleva a Sotogrande a primeras figuras del cante

Maria del Prado

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La aristócrata María de la Luz del Prado Muguiro, hija de los marqueses de Caicedo y mujer del príncipe Pablo de Hohenlohe, ha vuelto a sorprendernos. Si durante el confinamiento ayudó a muchas personas a desconectar su mente de la crisis sanitaria provocada por el Covid-19, regalando sesiones de mindfulness, meditación y “cuarentenas de lectura”, ahora se ha revelado como la impulsora del Festival Flamenco Trocadero, en la localidad gaditana de Sotogrande.

María se ha involucrado totalmente en este ambicioso proyecto, que ha nacido con la vocación de reactivar la cultura y la hostelería, dos de los sectores más afectados por la pandemia, y celebrar la vuelta de un verano ‘casi’ como los de antes.

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Maria de la Luz del Prado©Lucía Jiménez
María, con kimonio de Eugenia Martínez de Irujo, junto al guitarrista ”El Perla” y Jorge Hernández-Gil, director general de Trocadero

La cita se inauguró el sábado 11 de junio a lo grande, con el arte, la voz y la sensibilidad de Estrella Morente. La cantaora granadina está a la cabeza de un cartel de primeras figuras del género (La Mari, Farruquito, Israel Fernández, La Barbería del Sur, Remedios Amaya, Lin Cortés y Navajita Plateá, entre otros) que hasta el 27 de agosto, animarán las noches de la exclusiva urbanización de San Roque.

María del Prado compagina esta nueva aventura con sus sesiones de psicoterapia y acompañamiento en el camino de crecimiento personal, online o presencial. Sabe mejor que nadie lo importante que es atender a la mente en momentos de angustia y tribulaciones, ya que hace una década, su vida dio un giro de de 180 grados cuando le diagnosticaron un cáncer de mama. Cambió su alimentación y su rutina de ejercicio, comenzó a practicar yoga y meditación, y empezó a estudiar los secretos del mindfulness. En estos momentos, la mujer de Pablo de Hohenlohe ha desarrollado también EmocionARTE, donde experimenta con la gestión emocional a través de la musicoterapia y la expresión artística, en la que, como nos explica, también está muy presente el flamenco.

Estrella Morente©Lucía Jiménez
Estrella Morente, durante el concierto inaugural del Festival Flamenco Trocadero

–María, ¿cómo llegas a convertirte en directora del Festival Flamenco Trocadero? ¿Cómo surgió la idea de organizar este certamen?

La verdad, como surgen las cosas a veces en la vida. Solas, sin planear… Yo organizaba cestas de Navidad para los músicos de los tablaos que estaban en paro por la pandemia, junto con ‘El Perla’, y el grupo Trocadero se unió a la causa facilitando el vino para las cestas. Un día quedamos con el dueño del grupo para agradecerle su labor y surgió la idea de este festival, donde la hostelería y la cultura (dos grandes perjudicadas de la pandemia) irían de la mano.

–¿En qué consiste tu labor, te encargas de la selección de los artistas, de promocionar el Festival...?

Me encargo de todo lo que significa organizar un festival: desde la producción, imagen, venta de entradas... Para la parte artística he recurrido a dos grandes profesionales del flamenco: ‘El Perla’, que es un reputado guitarrista, y Tobalo, percusionista.

Maria de la Luz del Prado©Lucía Jiménez
María con los comisarios artísticos del festival, ‘El Perla’, a su izquierda, y Tobalo

–Habéis inaugurado a lo grande, con Estrella Morente. ¿Cómo ha sido ese primer concierto? ¿Qué tal fue la respuesta del público?

–El público está emocionado. La gente tiene ganas de volver a vivir y emocionarse. Y qué mejor que la música y, en concreto, el flamenco para celebrar que ya vemos la luz al final del túnel. Estrella fue magia pura. Fue maravilloso ver cómo el público se quedó en silencio, totalmente extasiado con ella. Para este festival ha sido un honor dar el pistoletazo de salida de su mano.

–¿Qué es lo que hace más especial este festival, a parte de los artistas?

La energía del Estrecho. Estar en plena playa con Gibraltar al fondo y las montañas de África. El espacio maravilloso de Trocadero Sotogrande con su decoración colonial. El ambiente íntimo, con aforo reducidísimo, que recuerda a las fiestas de antaño. El precioso escenario que ha diseñado mi marido, Pablo de Hohenlohe, el trato impecable del personal de esta casa… ¡Qué mayor lujo que cenar aquí escuchando a nuestro cartel al borde del mar!

“El público está emocionado. La gente tiene ganas de volver a vivir y emocionarse. Y qué mejor que la música y, en concreto, el flamenco para celebrar que ya vemos la luz al final del túnel”

–¿El flamenco siempre ha estado presente en tu vida?

–Sí, desde pequeña, el flamenco ha estado presente. Mis padres eran aficionados. Después la conexión con Sevilla por mi familia política me hizo ir acercándome más.

–¿A tu marido y a tus hijas, Allegra y Cecilia, también les gusta? ¿Quién es el más flamenco de todos?

Mi hija Allegra es la que más, aunque Pablo cada vez es más aficionado.

–¿Qué es lo que te apasiona del flamenco?

La emoción, sin duda. No hay arte más emocional.

–¿Alguna vez te has atrevido a cantar?

Yo canto un poco de todo, pero flamenco... ¡jamás me atrevería!

–¿Qué le dirías a un profano de este género para que empiece a disfrutarlo?

Nada. El flamenco te atrapa o no lo hace. Te tiene que tocar el corazón. No creo que sea algo que se pueda enseñar. O lo sientes o no lo sientes.

Maria de la Luz del Prado©Cortesía María del Prado
“El flamenco te te enseña a sentir las emociones, a aceptarlas”, nos comenta María, que imparte sesiones de psicoterapia y acompañamiento en el camino de crecimiento personal.

–Creo además, que también has incorporado el flamenco a las terapias que impartes…como el taller Deep Dance Flamenco, ¿en qué consiste?

Yo hago meditaciones en movimiento para pasar de pensar a sentir. Para ser presente. La música y en concreto el flamenco es la mejor facilitadora para eso. Te dejas llevar por los sentidos, sin censura. Una soleá o un martinete pueden ayudarte a conectar y aceptar tu dolor. Una bulería te ayuda a conectar con la alegría. Depende lo que haya dentro de uno mismo en cada momento. En definitiva, se trata de sentir sin etiquetas, sin meter cabeza. El ser humano tiende a negar emociones. En mi terapia uno se rinde a lo que hay y el flamenco te guía.

–¿Se puede decir que el flamenco ayuda a mejorar el estado de ánimo?

El flamenco te enseña a sentir las emociones. A aceptarlas. No se trata de cambiar lo que sientes, sino de rendirte a ello sin etiquetarlo. Las emociones vienen para ser vistas y sentidas no “mejoradas”.

–A ti, personalmente, ¿te ha servido de ayuda en algún momento difícil?

–¡Claro! Yo soy la que más lo necesito. Experimento conmigo misma a diario.


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