José María Michavila y Alejandra Salinas, una boda campestre y muy chic
La pareja contrajo matrimonio el pasado 1 de mayo en la casa del exministro, en Candeleda (Ávila), y ante un reducido grupo de invitados. La novia, muy elegante, vistió un diseño de camisa y pantalón ancho de color rojo con estampado de amapolas y adornó su pelo con una corona de flores
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José María Michavila y Alejandra Salinas contrajeron matrimonio religioso el pasado sábado 1 de mayo, en ‘La Santa’, la finca que el exministro tiene en Candeleda (Ávila). Tal y como adelantó ¡HOLA!, a la boda solo asistieron treinta personas, entre los que se encontraban los padres y hermanos de los contrayentes, tres matrimonios amigos y, por supuesto, los respectivos hijos de la pareja: los cinco del abogado, nacidos de su matrimonio con Irene Vázquez —que falleció en noviembre de 2013—, y los dos que la aristócrata tuvo con Diego de Mora-Figueroa Iturbe, marqués de Saavedra, con quien se casó en 2002 y de quien se divorció en 2014. La ceremonia religiosa, que tuvo lugar en la capilla de la finca, fue concelebrada por dos sacerdotes y, durante la misma, el hijo pequeño de Michavila, Juan, ejerció de monaguillo, además de ser el encargado de portar las alianzas.
Una joya de familia
José María vistió corbata azul real y chaqué gris confeccionado por Sastrería Boldrini, de Leopoldo Salinas, hermano de Alejandra. Ejerció de madrina la madre del exministro, María del Carmen Núñez. Por su parte, el padrino de Alejandra fue su padre, Leopoldo Salinas Milá. La novia, muy elegante, escogió para este día tan especial un vistoso conjunto de camisa y pantalón ancho con efecto falda, en georgette de seda de color pimentón con estampado abstracto de amapolas, un diseño perteneciente a la colecciónResort 2021, de Carolina Herrera New York. Sobre su pelo suelto, Alejandra llevó una corona de flores en rojo y blanco, a juego con su traje, y, como única joya, un colgante que perteneció a su abuela materna, la princesa Marie Vassiltchikov. El ramo de la novia, un sencillo bouquet de mimosas, fue obra, al igual que el resto de la decoración floral, de los hijos del exministro, que se encargaron de recoger flores silvestres y adquirir las rosas blancas y los cestos de mimbre que adornaban la entrada a la capilla.
Tanto el ramo de Alejandra, un “bouquet” de mimosas, como toda la decoración floral de la boda fueron realizados por los hijos de José María
Al aire libre
Tras la ceremonia, los recién casados celebraron su unión junto a sus invitados con una comida al aire libre. El menú, de Horcher, consistió en: anguila ahumada con salsa de rábano picante, arenques a la crema con kartoffelpuffer, lomo de corzo y, de postre, baumkuchen, el famoso pastel de árbol del restaurante madrileño, junto con un bufet de crepes a elegir. La propia Elisabeth Horcher se desplazó a Candeleda para servir el almuerzo, en el que no faltó el jamón ibérico de Casa de Salinas y el vino La Santa, un reserva hecho para la familia.
Aunque no hubo baile como tal, la cantaora Argentina y su grupo pusieron música de flamenco a la celebración, como guiño a los orígenes andaluces de los contrayentes (la madre de José María es gaditana y Alejandra es de Sevilla).
Los recién casados se han mudado a su nueva casa de Madrid con sus respectivos hijos, cuatro de los cinco de José María y los dos de la aristócrata
El abogado y la aristócrata sellaron con esta boda una historia de amor que comenzó hace cuatro años. Se conocieron en junio de 2017, durante un concierto benéfico que organizó Alejandra con el fin de recaudar fondos para la fundación Contemplare, en la iglesia de San Andrés Apóstol, de Madrid. Según contó a ¡HOLA! el entorno de la pareja, el abogado se quedó maravillado al escucharla realizar la presentación de la fundación en términos financieros. En septiembre iniciaron su noviazgo.
Así fue la presentación en sociedad de José María Michavilla y su nueva pareja, Alejandra Salinas
De las pasarelas internacionales a la fundación Contemplare
Alejandra, que en el pasado ejerció durante tres años de modelo internacional, llegando a posar para Mario Testino y desfilar en las pasarelas de París, Milán, Nueva York y Madrid, decidió cambiar de rumbo y, tras estudiar Administración y Dirección de Empresas, emprendió una exitosa etapa profesional en el sector financiero, trabajando en compañías como el fondo de inversión BlackRock.
Alejandra, que fue modelo internacional de las más prestigiosas pasarelas, actualmente dirige la Fundación Contemplare
Años después, abandonaría esta faceta para dedicarse de lleno a la fundación Contemplare, organismo que fundó y dirige con el fin de ayudar a conocer la vida de los monasterios y vender sus productos artesanos. La fundación, de la que el exministro es patrono, comercializa a través de su web (www.fundacioncontemplare.org), un millar de productos de artesanía, figuras religiosas, ropa de bebé, productos gourmet…
Dos mujeres de suma importancia en la historia
La mujer de Michavila habla seis idiomas: castellano, francés, inglés, alemán, italiano y ruso, lengua de su familia materna, ya que es nieta de la princesa rusa Marie Vassiltchikov, emparentada con los Romanov. Missie, como la llamaban cariñosamente en su familia, salió de San Petesburgo junto a sus padres y sus hermanos en 1919 y creció en Alemania. Trabajó en el Departamento de Información del Ministerio de Asuntos Exteriores del Tercer Reich y colaboró con un grupo de adversarios del nazismo que más tarde se hallarían implicados en el atentado fallido contra Hitler del 20 de julio de 1944, conocido como “Operación Valquiria”. Testigo de este y otros acontecimientos relevantes de la Segunda Guerra Mundial, la princesa lo narra en primera persona en Los diarios de Berlín, un best seller que John le Carré definió como “uno de los diarios de guerra más extraordinarios que jamás se hayan escrito. Testimonio inocente y de primera mano retrata la muerte de la vieja Europa a través de los ojos de una hermosa joven aristócrata cuyo mundo muere en los acontecimientos que describe”. La fascinante historia de la princesa Missie no acaba aquí. Se casó con el capitán del ejército estadounidense Peter Harnden, que, tras estudiar Arquitectura, entabló una gran amistad con Salvador Dalí, hasta el punto de que la pareja fijó su residencia en Cadaqués, donde vivieron hasta la muerte del abuelo materno de Alejandra, en octubre de 1971. Después, la princesa se trasladó a Londres, donde vivió hasta que falleció, en 1978.
Su abuela paterna, María Asunción Milá, que el próximo 20 de julio cumplirá ciento dos años, también tiene su propia parcela en los libros de Historia. Se casó en Barcelona con el sevillano Manuel Salinas Benjumea, propietario de la casa palacio Salinas, y tuvieron doce hijos varones, dos de ellos ya fallecidos (José María, en 2016, y el pintor Manuel Salinas Milá, uno de los máximos exponentes del arte abstracto, que murió el pasado 30 de enero a consecuencias del coronavirus). En los años setenta, María Asunción se convirtió en una gran activista y defensora de los derechos humanos, llegando a fundar la Asociación Española contra la Pena de Muerte, que logró que se aboliera la pena capital en nuestro país, como recoge el artículo 15 de la Constitución española. Además, durante años estuvo enviando cartas al Vaticano para pedir que se suprimiera la legitimación de la pena de muerte del Catecismo, algo que por fin logró cuando sus ruegos fueron escuchados por el Papa Francisco. Por esta rama de su familia, Alejandra es prima segunda de los periodistas Mercedes y Lorenzo Milá.
Una gran familia
Tras su boda, José María Michavila y Alejandra Salinas están actualmente realizando la mudanza a su nueva casa de Madrid. El nuevo matrimonio vivirá junto a sus respectivos hijos: Ana, Beatriz, José y Juan, cuatro de los cinco de él —la mayor, Irene, se casó en 2019 con Ramón Lladó—, y los dos de ella, Gaspar y Dagmar, formando así una gran familia numerosa.
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