Vania Millán nos habla de su dramática lucha por ser madre
‘Soy consciente desde hace siete años de mis problemas para tener hijo’, afirma la que fuera Miss España 2002, que también ha tenido que posponer su boda con el doctor Julián Bayón
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La historia de amor de Vania Millán, Miss España 2002 y ex cuñada de Sergio Ramos, con el doctor Julián Bayón tiene, sin duda, un sabor agridulce para los protagonistas de la historia. Tan pronto como proclamó a los cuatro vientos que estaba enamorada del médico estético, y que su destino estaba pasar con él por el altar este verano, las cosas se torcieron y ha tenido que adaptarse a las duras circunstancias de la pandemia. A ello se suma sus problemas para ser madre, un proyecto de vida que no va tan bien como le gustaría y del que nos habla con total sinceridad en vísperas de celebrar el día de los enamorados con su prometido, con quien no sólo comparte amor sino también trabajo en la clínica de cirugía estética que abrieron el 11 de mayo de 2020 en el centro de Madrid.
Si no me equivoco, vais a celebrar vuestro tercer día de San Valentín juntos. ¿Cómo se vive el amor en tiempos pandemia?
En mi caso, mi relación se ha reforzado más. Julián ha sido, para mí, un gran apoyo en estos tiempos de incertidumbre y restricciones. Asimismo, enfrentarnos juntos a todos los cambios que nos está haciendo pasar esta pandemia, tanto en la gestión de nuestra clínica como en la vida personal, nos ha hecho ver a ambos cuánto nos complementamos,
¿Soléis celebrar el día de los enamorados con algo especial?
Solemos abrir una botella y brindar en muchas ocasiones por los logros que conseguimos, porque hemos tenido un buen día... Lo que quiero decir con esto es que, si hacemos algo, será algo que ya hacemos cualquier otro día, aunque nunca se sabe porque Julián no deja de sorprenderme.
“Cuando lo conocí era la persona con la que podía hablar y que me ayudaba a ver la cosas de otra manera. Me hace ser mejor”
¿Qué es lo que más admiras de él?
Son muchas cosas: su profesionalidad, su inteligencia, su honestidad, su valor…. Es muy cariñoso, trabajador y generoso. Cuando lo conocí era la persona con la que podía hablar y que me ayudaba a ver la cosas de otra manera. Me hace ser mejor.
El primer encuentro entre vosotros se dio en el ámbito laboral ¿ha cambiado la percepción que tienes ahora de Julián?
¡Qué va! Quizás porque empezamos a trabajar juntos antes de ser pareja mantengo separada la percepción de Julián como jefe y como novio. En el trabajo nos tratamos como socios y, cuando se pone en modo de jefe exigente, tenemos nuestras fricciones (risas) En casa, en cambio, somos más cariñosos. Ambos teníamos claro que era importante no mezclar una cosa con la otra.
¿Qué trabajo desempeñas en la clínica?
Mi trabajo es gestionar la clínica como empresa y aunque empecé con él trabajando el tema del desarrollo de su marca personal, la gestión de su agenda y sus redes sociales, la apertura finalmente del centro hace casi un año me ha hecho verme dirigiendo a mi propio equipo de recepción, comunicación, doctores y terapeutas.
Al lado de Julián, has encontrado el amor y una estabilidad profesional. ¿Imaginabas lo que estás viviendo ahora?
Doy las gracias a diario de cómo estoy hoy, pero confieso que ha sido porque, en su día, creí que podía existir y luché por conseguirlo. Después de separarme de René (Ramos), empecé de cero a todos los niveles: económico, laboral, personal. Fue una época difícil, pero gané mucha seguridad y confianza en mi misma. No sabía cómo conseguiría reconstruirme, pero sí sabía que era lo que no quería. En el caso de la pareja, sólo iba a aceptar a mi lado a alguien que me sumara, sino prefería estar sola. En cuanto al trabajo, estaba dispuesta a luchar por aquello que me gustaba, motivo por el cual dejé el despacho de abogados donde trabajaba y me centré en el tema del “coaching” y desarrollo personal.
¿Cómo describirías el momento de tu vida que estás atravesando?
Con mi pareja y con la empresa estoy más que satisfecha. Es muy reconfortante ver los frutos que estamos recogiendo después de tanto esfuerzo y trabajo.
Creo que tuvisteis que aplazar la boda en 2020, ¿vuestros planes siguen adelante?
Sí, la boda nos hace mucha ilusión, aunque, como digo muchas veces, me siento más que casada o comprometida con Julián.
¿Cómo van los preparativos?
Teníamos una fecha cerrada para casarnos por la Iglesia el próximo mes de julio, pero evidentemente la situación impide que podamos celebrarlo como nos gustaría con nuestras familias y amigos. Es, por esto, que hemos decidido posponerla. Espero que pase pronto todo esto y que podamos empezar a disfrutar de cierta normalidad.
Uno de los pasos más importantes para una novia es el vestido, ¿ya lo tienes elegido?
Viendo la situación, no he elegido nada, aunque sí veo modelos y vestidos de novia. Es algo que me gusta y que, en algún momento, tendré que elegir.
Recientemente revelaste tus problemas para ser madre y el revés que sufriste tras conocer que el proceso en el que estabas se había complicado.
De mis problemas para tener hijos soy consciente desde hace más de siete años, cuando empecé a realizarme pruebas para conocer cuál era el motivo de no poder quedarme embarazada. Nunca me habían dicho nada en concreto, así que tenía bastante fe en el tratamiento de fecundación in vitro que inicié buscando el embarazo con Julián. Es más, incluso pensaba que algún día podría llevarme la sorpresa de que ocurriese de un modo natural. Esta posibilidad la he tenido presente durante muchos años, hasta aburrirme de comprar test de embarazo y revisar aplicaciones de control. Tal como iba mi proceso ahora, sin aparentes problemas, programé incluso cuándo y cómo iba a ser ese momento de ser madre.
“De mis problemas para tener hijos soy consciente desde hace más de siete años, cuando empecé a realizarme pruebas”
¿Cómo fue tu reacción al saber que no ibas a ser madre y cómo te sientes ahora?
Quizás por esas falsas convicciones que tenía, recibí como un jarro de agua fría el resultado del proceso: ninguno de los óvulos fecundados se podían implantar. Cuando me lo comunicaron, sólo recuerdo un nudo en la garganta y recibir mucha información de porqué había sido y qué podíamos hacer. Lloré mucho y creo que hasta me enfadé. No quería hablar del tema y no quería oír hablar de intentar nada. Creo que hasta llegué a sentir cierta culpa. Después de una charla con Julián fui volviendo a la realidad y, poco a poco, fui aceptando lo que había pasado. Control, estrés y ansiedad ante la incertidumbre, así estaba llevando yo este tema en particular. ¿Cómo iba a ser posible así?
¿Lo habías intentado más veces?
Hace años había realizado otro tipo de tratamiento.
¿Es un deseo que no has desestimado?
Después de escuchar tantos casos, por supuesto que no. Yo sólo acabo de empezar. La presión que tengo es la edad, puesto que acabo de cumplir cuarenta y tres años, pero seguiré intentándolo mientras me den una posibilidad. También es cierto que esto me ha hecho ver las cosas de otra manera. Hay que tratar de llevarlo como algo más relajado, sin presión y aceptando lo que toque. Muchas mujeres me han hecho saber que es una carrera de fondo en donde tienes que mantener la fuerza mental y emocional.
¿Cuánto tiempo tendrás que esperar para volver a intentarlo?
Me he dado un tiempo para encontrarme bien y buscar el lugar donde quiero volver a intentarlo, pero tampoco lo puedo retrasar mucho. Mientras tanto me preparo cuidándome con los consejos que me han dado de alimentación, dándome tratamientos de acupuntura y, sobre todo, aprendiendo a gestionar todo con menos estrés.
¿Te queda la opción de la adopción?
Voy a ir paso a paso, tomando decisiones según el momento y los problemas con los que me encuentre.
Tu futuro marido está a tu lado de manera incondicional, ¿has sentido su amor elevado a la enésima potencia?
¡Absolutamente! Incluso cuando y estaba en modo negativo, fue Julián quien me dijo que, si yo no tenía fuerzas, tiraría él del ánimo, pero que no nos íbamos a rendir. Su charla fue una parte muy importante para ver las cosas de otra manera.
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