A la pregunta de cómo sería el procedimiento en estos casos, el abogado explicó que “habría que ver qué es lo que contiene el testamento, si hay albaceas, que son las personas que en el plazo de un año deberían abrir ese testamento. En caso de que no tuviera albaceas, que es extraño en este tipo de herencias, serían los herederos, cualquiera de ellos, quienes podrían iniciar la apertura. Habría una apertura no judicial, si están todos de acuerdo en otorgar esa voluntad en una escritura pública ante Notario, y si no habría que ir al juzgado. Con que uno de ellos no estuviera de acuerdo, habría que ir al juzgado”.
“Los herederos legítimos son los que aparecen en el testamento. Hay una parte que es la libre disposición que la persona causante deja a la persona que quiera, ya sea heredero legítimo o no, hay otra tercera parte que es el tercio de mejora que se deja libremente a cualquiera de los descendientes de la persona causante y una tercera parte, que es la legítima, obligada, que la ley determina, que es simplemente para los herederos legítimos y no se puede tocar. Esa parte de mejora, sólo podrían ser los herederos forzosos, que en este caso son los descendientes”.
De acuerdo con estas afirmaciones, Alfonso Diez sólo tendría cabida en la parte de libre disposición: “Si ella ha dejado algo en el tercio de libre disposición para él y ha renunciado con anterioridad, supongo que renunciara con posterioridad. Si con posterioridad no renuncia, tendrán que ir a los Tribunales para decidir si es válida la renuncia anterior a la muerte del causante o no”.
A la pregunta de si Alfonso Diez podría revocar esta decisión, responde: “Sería una disputa difícil de dirimir. Él podría revocar, pero serían los jueces los responsables de darle o no la razón. Aunque creo que si lo ha hecho en vida, no creo que se retracte de todo aquello. Hablo siempre desde el tema legal y desconozco del tema hereditario de la Duquesa de Alba”.
Se ha hablado de que Alfonso Diez podría disponer en usufructo del Palacio de Liria y el Palacio de las Dueñas. “Si el renuncia, no tiene derechos hereditarios, renunciaría también al usufructo. Otra cosa es que los hijos determinen o concedan esa usufructo durante el tiempo que estimen oportuno. Si ha habido donaciones en vida, sus hijos podrían donar, vender o ceder al que fuera su marido”.
