Un ave reportera por accidente

Unos realizadores de documentales de naturaleza se las han ingeniado para instalar una minicámara de televisión de alta definición en un huevo falso de pingüino para, de esta forma, camuflarse entre estas aves marinas no voladoras y filmar su vida más íntima. Una de estas cámaras fue robada, para la sorpresa del equipo de filmación, por un ave rapaz que se encontraba merodeando por una colonia de pingüinos de penacho amarillo en las islas Malvinas. El caracara estriado, que es como se le conoce, creyendo que se trataba de un huevo de verdad, uno de sus alimentos favoritos, atrapó la cámara disfrazada y elevándola por los aires sobrevoló con ella la colonia de pingüinos. El resultado son unas curiosas imágenes que muestran una vista aérea de la colonia. Cuando el ave se dio cuenta de que el huevo era de pega, lo soltó y éste se precipitó contra el suelo, donde, de nuevo, fue el “objetode deseo” de una pareja de buitres.