La pequeña localidad de Bakuriani, en las montañas georgianas, está hoy de luto. Decenas de personas han despedido a Nodar Kumaritashvili, de 21 años, el atleta que falleció el pasado viernes durante un entrenamiento de "luge" previo a los Juegos Olímpicos de Vancouver, que se inauguraron con la marca de la tragedia.
El cuerpo del joven aterrizó hoy en su país natal y fue transportado por la guardia de honor hasta su casa, cubierto con una bandera del país, donde su madre, Dodo, aguardaba la triste llegada. En el aeropuerto, una multitud de jóvenes esperaban con banderas y velas, como homenaje, según informaciones de AFP.
Ayudada por familiares y amigos, Dodo ha querido recorrer el camino al cementerio tras el féretro de su hijo, y visiblemente afectada por la tragedia, no ha podido contener su dolor. También el padre del joven, David, con el semblante serio, la mirada triste, que tampoco ha podido contener las lágrimas por el drama de su hijo, cuya foto portaba orgulloso entre las manos. En todo momento han estado arropados por decenas de conocidos del joven, que han querido trasladar su cariño y su ánimo a la familia.
El deporte salpicado por la tragedia
"No fue culpa de Nodar. Todo iba bien hasta que llegó a la curva. Ya se había entrenado antes en esta pista y esta curva le preocupaba (...). Decía que era muy difícil de tomar", ha dicho David, según recoge la agencia AFP.
El accidente mortal de Kumaritashvili ensombreció la apertura de los Juegos. El joven se mató durante la segunda sesión de entrenamiento, al perder el control del 'luge' cuando estaba llegando a la última curva, donde la velocidad puede alcanzar los 140 kilómetros por hora.
Cuando salió de la curva número 16, cayó, rebotó y terminó chocando contra un poste metálico situado al lado de la pista. A pesar de que fue atendido rápidamente, los socorristas no lograron reanimarlo.
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