Esta iniciativa tiene el objetivo de fomentar el comercio dentro de la zona, y de esta manera conseguir un menor impacto medioambiental ya que pretenden ser autosuficientes en los próximos años.
La moneda es completamente legal, dentro de los establecimientos que están asociados a este movimiento y el valor es equivalente al de la libra esterlina. En algunos puntos del barrio inglés, se puede canjear los brixton pounds por sterling pounds (las libras esterlinas) y así poder comerciar fuera de las fronteras de esta zona multicultural de Londres.
Las únicas normas que deben cumplir los participantes en esta iniciativa son del todo muy inglesas, ya que bajo ningún concepto se podrá emplear la imagen de la Reina en la impresión de sus billetes o en cualquier documento que acompañe la iniciativa. También perderán validez al salir del barrio de Brixton así como que no es obligatorio aceptar dichos billetes como forma de pago, aunque en general, la campaña está siendo respaldada por la gran mayoría de los comerciantes y consumidores de la zona.
La idea es muy positiva para sacar adelante a los pequeños productores de la zona y para que en cierto modo se convierta en un modelo de proteccionismo de la comunidad.
Han surgido algunas voces críticas con esta medida ya que en cierto modo consideran que podrían llegar a evadir impuestos a la Hacienda Pública aunque en este aspecto, la Agencia Tributaria inglesa no pone pegas a al uso de monedas o divisas locales, ya que se encuentran relacionadas directamente con la libra y que a su vez, todos los comerciantes declaran al fisco todo lo que facturan, sea en libras en libras Brixton o en cualquier otro tipo de divisa.
Y no es el primer barrio inglés que emplea esta forma tan original de salir de la crisis fomentando el comercio local. La asociación que ha formado este mercado de divisas inglés es Transition Towns, y ya ha creado este mismo medio de pago en otros barrios de Irlanda, Estados Unidos y Canadá.
Medidas similares se tomaron en el famoso crash del 29, en Nueva York. En este caso, el mercado que se creó fue mucho mayor que e que ahora florece en Londres. También se utilizó en la crisis que azotó a Argentina en su conocido “corralito”, aunque en este caso, el mercado de trueque que crearon, fue secundado por más de tres millones de personas.
Así que ya sabéis, en cuanto queramos fomentar un comercio local, basado en normas sostenibles, tendremos que buscar un nombre para nuestra moneda local.
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