La crisis económica ha doblegado en gran parte, aquellos salarios astronómicos que cobraban algunos ejecutivos, no sólo de Wall Street, sino del mundo entero. Los disparatados bonus que cobraban los CEO de las compañías sumado al libertinaje de algunos sueldos de bancos y empresas ha sido en parte el causante de la crisis económica que padecemos actualmente. Sin embargo, sigue habiendo diferencias en el mercado laboral respecto a hombres y mujeres, y más aún, cuando se trata de dirigir, presidir o liderar el rumbo de algunas de las mejores firmas del mundo.
La revista Forbes ha publicado esta mañana una lista de las ejecutivas estadounidenses mejor pagadas, lo que ha puesto de manifiesto, la enorme diferencia de sueldo entre hombres y mujeres en lo alto del poder. Para ser más exacto, de las mil empresas con mayores ingresos en Estados Unidos, tan sólo veintisiete cuentan con mujeres al frente de las mismas, o por lo menos en sus equipos directivos, una auténtica minoría en un mundo, tradicionalmente liderado por los hombres.
Pero no es el único dato que ha revelado esta lista. Al mismo tiempo, las mujeres que dirigen las grandes empresas tienen ingresos muy inferiores al que reciben los hombres en posiciones similares. El año pasado, las mujeres directivas ganaron de media la cantidad de 2,6 millones de euros mientras que los hombres, obtuvieron de media el sueldo de 8,1 millones de euros.
Esta lista de mujeres poderosas, la encabeza Andrea Jung, presidenta y consejera delegada del grupo Avon, especializado en los cosméticos y que paga a su jefa, la cantidad de 8 millones de euros por sus servicios. En segundo lugar aparece Carol Meyrowitz, directora general de TJX Companies, que cobra 7,6 millones de euros al año. También cabe destacar a Indra Nooyi, presidenta y consejera delegada de Pepsico y que recibe nada más y nada menos que 6,4 millones de euros por sus servicios. Tras ellas, aparecen nombres como Susan M. Ivey, presidenta y consejera delegada de Reynolds America que obtiene también 6,4 millones de euros y Tamara Lundgren, que obtiene 4,5 millones de euros por presidir y dirigir Schnitzer Steel Industries.
Aunque nos parecen unas cantidades astronómicas, estos salarios a directivas no son ni mucho menos similar al de los hombres, aunque hay sectores donde todavía las diferencias son más abismales. De hecho, en el mundo del petróleo, las mujeres no tienen un papel equitativo al de los hombres. Un ejemplo muy claro lo vive Lynn Elsenhans, directora general de la empresa Sunoco y que tras facturar la cantidad de 25.200 millones de euros de beneficios, recibió a cambio 1,5 millones de euros, mientras que Bruce Smith, presidente de Tesoro Pretoleum Corporation, que alcanzó un beneficio de 13.600 millones de euros, recibió la cantidad de 12,7 millones por sus labores al mando de la compañía.
Lo mismo ocurre en muchos sectores de la economía. Bancos, financieras, consultoras, inmobiliarias o petroleras, son algunos de los sectores donde las mujeres están aún por conseguir la igualdad, en un mundo tradicionalmente liderado por hombres.
El propio Barack Obama decidió promover una ley nada más llegar a la Casa Blanca en la que pretendía obtener la igualdad salarial entre hombres y mujeres, y no sólo en Wall Street, sino en todos los peldaños del mundo laboral estadounidense. La nueva ley, lleva el nombre de Lilly Ledbetter, una empleada de Goodyear que poco antes de jubilarse, comprobó que durante más de 15 años, cobraba un 40 por ciento menos que sus compañeros desempeñando el mismo trabajo.
En España sucede lo mismo. Mientras se sigan produciendo estas diferencias, no empezaremos de verdad a crear un mercado competitivo y en igualdad de condiciones, donde destacarán los que de verdad estén mejor preparados, sean hombres o mujeres