La deflación es la bajada generalizada del nivel de precios de bienes y servicios en una economía. Es la situación en la que los precios disminuyen por una falta de demanda.
Técnicamente, se considera deflación cuando los precios en una economía caen durante dos trimestres consecutivos.
Los comerciantes tienen que vender sus productos para hacer frente a sus costes fijos. Al no vender apenas, estos comienzan a bajar los precios de sus productos y el consumidor, al observar una bajada continuada de precios prefiere esperar a que bajen más que comprar. En este círculo, la deflación se convierte en causa y efecto de la falta de circulación del dinero porque todos prefieren retenerlo. El resultado final de la deflación es el derrumbe de la economía ya que la industria no encuentra salida a sus productos y sólo consigue pérdidas.
El Instituto Nacional de Estadística ha publicado esta mañana el dato IPCA para el mes de Marzo. El IPCA que responde a las siglas de Índice de Precios de Consumo Armonizado ha resultado ser del -0,1% este último mes. Este indicador, usado en todos los países de la zona euro comenzó a elaborarse en 1997 y este es el primer resultado negativo desde que entró en funcionamiento.
El dato del IPC general, siempre coincide con el adelantado por el INE y supondría la primera vez caída de precios desde hace 47 años. Tendremos que esperan a su publicación oficial, estimada para el 15 del próximo mes de Abril.
Ante esta situación, el vicepresidente económico Pedro Solbes ha pedido que “no se exagere el dato” y que el término deflación se produce “cuando hay un descenso continuado de los precios durante varios meses”. En declaraciones a TVE, Solbes, ha declarado también que”España no está todavía en deflación” y que se trata “simplemente de un dato negativo y como consecuencia de la evolución del precio del petróleo del año pasado”.
Esperemos que esté algo más acertado que en ocasiones anteriores como la del número de parados que podría alcanzar España o la solvencia de cajas de ahorros después de haber conocido ayer la intervención del Banco de España a la Caja de Castilla La Mancha y la inyección de 9.000 millones de euros de dinero público necesarios para su rescate.
