El 'gigoló' suizo termina su 'aventura romántica' en la cárcel tras chantajear a la mujer más rica de Alemania

El amante de la principal accionista de BMW en Alemania, Susanne Klatten, ha sido condenado a seis años de cárcel por chantaje y extorsión

Por hola.com

Apuesto, vestido con un impecable traje oscuro y gafas de montura negra, el suizo Helg Sgarbi, de 44 años, llegaba hoy al juicio donde se decidiría su futuro. Hoy en Munich se decidía eso y se revelaba algo más: su confesión como amante chantajista. No en vano, el jurado le ha imputado por "estafa, intento de estafa y extorsión" a cuatro millonarias.

Su víctima más sonada ha sido Susanne Klatten, una millonaria alemana, heredera del imperio Quandt y principal accionista de BMW. Klatten, de 46 años, casada y madre de tres hijos tiene una fortuna valorada en más de 13.000 millones de dólares, según la revista Forbes. El blanco perfecto para Sgarbi, una especie de James Bond (por su atractivo, su exquisitez y sus modales), que utilizó sus mejores armas de seducción para embaucarla. En total, Sgarbi ha estafado con sus romances nada más y nada menos que nueve millones de euros.

Hoy un tribunal lo ha condenado a seis años de cárcel por extorsionar a las víctimas de sus escarceos amorosos. Cabizbajo, Sgarbi ha dicho que se arrepiente "profundamente de sus actos".

Una historia de amor con trampa
Según ha publicado la prensa alemana, Klatten y Sgarbi se conocieron en los Alpes en julio de 2007. El romance no cuajó hasta su segundo encuentro (coincidencia, para ella, y un auténtico plan, para él) en el sur de Francia. Al tiempo, él le pidió siete millones de euros para pagar a la familia de una niña a la que había herido en un accidente en Florida. Obviamente, tal niña no existía ni se había producido ningún accidente.

Sin embargo, Klatten accedió. Tiempo más tarde, este atípico donjuán volvió a pedirle un suculento favor: 290 millones de euros. Esta vez, obtuvo un “no” por respuesta, y Sgarbi no estaba dispuesto a aceptarlo. Así que volvió a la carga ya con otro tono: si ella no accedía a darle el dinero, él difundiría un vídeo muy comprometido de uno de los encuentros furtivos que mantuvieron en Munich. Sin embargo, Klatten volvió a negarle el dinero. Él rebajó la cifra a 49 millones, y después, a 14. A pesar de que supondría revelar su infidelidad, Klatten se decidió a denunciarle a la policía.

Un “gigoló” con experiencia
Klatten es la cara visible de este caso, pero no la única. Su nombre se ha hecho público porque ha sido ella quien ha decidido presentar la denuncia y llevar a Sgarbi a juicio, pero otras cuatro mujeres multimillonarias también han sido víctimas del coqueteo del suizo.

Y es que este ambicioso amante ha obtenido, mediante chantajes y extorsiones, un botín de otros 2,4 millones de euros. La primera de sus víctimas fue la Condesa Verena du Pasquier-Geubels, más de 50 años mayor que él. Ella también tuvo el coraje de denunciarle pero retiró los cargos antes de su muerte, en 2002.

El “modus operandi” de este seductor siempre seguía un patrón: conocía a sus “objetivos” en hoteles de lujo, y les conquistaba a base de buenos modales, gracias un físico apuesto. Siempre eran mujeres muy adineradas y siempre mantenía con ellas una relación que podría manchar la reputación de las señoras. Ahí estaba el aprieto.

Al tiempo, ellas descubrían con sorpresa las peticiones económicas del suizo, y se veían en la incertidumbre de denunciarle o arriesgarse a que su “affair” viera la luz. Ahora el engaño ha quedado al descubierto y Sgarbi tendrá que ingresar en prisión. Quién sabe si se volverá a “enamorar”.