Las primeras palabras de Beatriz han sido para todos los familiares de la tragedia: “Me gustaría mandar un abrazo enorme a todos los familiares de las 175 víctimas que hay en este trágico accidente, así como toda mi fuerza y mi ánimo a todas la personas que están convalecientes”.
Mucha confusión
Beatriz, canaria de 41 años, viajaba en el asiento 5D del avión siniestrado. El ambiente anterior al accidente “era normal” pero sí que pensó que el avión no iba “con la misma velocidad como normalmente”.
Antes de colisionar, Beatriz sintió un vaivén en su estómago y se agarró a su sillón. "No hice nada especial. Fui consciente de que era un accidente cuando el estómago me subió y me bajó, y sentí un golpe" A partir de ahí, mucha confusión. “No recuerdo lo que vi. Escuché gritos, pero no recuerdo nada más.”
Lo siguiente que recuerda es también muy confuso. “Me levanté, respiré hondo, di gracias a mi ángel de la guarda” ha relatado. Ella misma se hizo un torniquete en la pierna y escuchó a dos niños pedir ayuda. Los liberó de los sillones que los tenían atrapados y los puso en un lugar más “seguro”, pero ha quitado importancia a su heroica acción. “Solo recuerdo la carita morena de uno de ellos”, ha afirmado.
Beatriz fue ingresada en el hospital Reina Sofía, en observación desde el pasado viernes.
Regresa a casa andando
Beatriz sabe que su regreso a Canarias será agridulce. "Están llegando los cuerpos y yo llego caminando", ha dicho, con una sensación contradictoria de alivio y tristeza en un momento tan delicado. Emocionada, con lágrimas en los ojos, ha confesado que “Me hubiera gustado que igual que salí yo, salieran los demás".
La canaria quiere regresar cuanto antes a su tierra, donde intentará volver poco a poco a la normalidad. “Lo que quiero es terminar, saber toda la historia, ser una persona positiva, cerrar este capítulo de mi vida y empezar el siguiente”, ha declarado. Lo que está claro es que Beatriz ahora comienza de nuevo.
El primero en regresar a casa, Roberto, de 6 años
El niño de seis años Roberto Álvarez Carretero, el niño de seis años herido en el accidente del avión de Spanair fue el primero de los supervivientes en recibir el alta. Roberto estaba ingresado en observación en la UVI pediátrica del hospital Ramón y Cajal, y su madre no le soltó la mano en todo ese tiempo.
Roberto viajaba con su hermana, de 16 años, que murió en el mismo hospital a consecuencia del trágico accidente.
