Canarias

¿Estás pensando en tomarte un respiro? ¡Escápate a Tenerife!

Por Hola.com

¿Buscas un destino único para pasar unos días alejada de la gran ciudad? Tenerife te tiene reservadas sorpresas a cada paso. Su naturaleza volcánica y su fascinante conjunción de ecosistemas, paisajes y microclima confieren a esta privilegiada isla una interesante diversidad natural. Este viaje, empápate de naturaleza.

Tenerife es un pequeño universo de contrastes, con extensas playas de arena negra, profundos barrancos, gigantescos acantilados, bosques de laurisilva y parajes volcánicos de aspecto dunar. ¿Se puede pedir más?

Prepárate para disfrutar del sabor más auténtico de esta isla en sus pequeños pueblos y ciudades, rodeados de campos de cultivo y cuajados de ermitas, conventos, casas señoriales y otras edificaciones religiosas y civiles que desde finales del siglo XV han ido componiendo un rico patrimonio artístico. Garachico, Icod de los Vinos, La Orotava, Santa Cruz y La Laguna son villas históricas que conservan todo el encanto de su arquitectura singular. Sus calles y plazas invitan al paseo, siempre con la omnipresencia del Teide en cualquier esquina; y sus museos, sus mercadillos llenos de vida, sus queserías y bodegas, sus festejos y la hospitalidad de sus gentes ofrecen lo mejor de sí mismas.

Aquí, el mar y la montaña están a un paso. Desde la capital de la isla y hasta Santiago del Teide, el camino está plagado de excusas para detenerse: desde la hermosa playa de las Teresitas –creada artificialmente con arena dorada traída del desierto del Sáhara– hasta el macizo de Anaga –con sus impresionantes montañas cubiertas por bosques de endémica laurisilva–, el Parque Rural de Teno o el acantilado de los Gigantes, el más espectacular de Canarias, donde podrás avistar cetáceos o penetrar en las recónditas calas que se abren entre sus elevados farallones. Y si lo que buscas es la belleza de sus playas de arena negra, haz una escapada al sur para disfrutar de Las Américas y Los Cristianos.

También hay castillos como el de San Felipe, en Puerto de la Cruz, o el de San Miguel, en Garachico, desde el que los señores del lugar se defendían de los constantes ataques de los piratas; no faltan tampoco árboles milenarios y caseríos, entre ellos el de Masca, que aparece enclavado de forma escalonada en la inverosímil ladera del barranco al que da nombre. Y, cómo no, el pico del Teide, que desde sus 3.718 metros de altura domina majestuoso el gigantesco circo volcánico de Las Cañadas y es una invitación constante a su ascensión, con múltiples conos, campos de lava, fumarolas y roques.

Papas con mojo
De punta a punta, los cultivos de plátanos, papas, tomates y vides conforman paisajes agrícolas de gran belleza, productos que han sentado las bases de una cocina sencilla y variada. Disfruta de la sabrosa gastronomía isleña en cualquiera de los numerosos establecimientos de corte familiar y elaboración artesana que han proliferado en el norte de la isla. Pide esclandón con gofio, papas con mojo, cazuela de pescado, conejo en salmorejo o cabrito asado; y de postre, queso tierno de cabra, alguna fruta tropical o decántate por dulces tan especiales como la leche asada, el frangollo o las quesadillas. ¿Has probado algo parecido?

Un paseo por la capital
Para descansar, casas, casonas y pequeños hoteles con encanto enclavados en entornos de singular atractivo se integran perfectamente en el medio rural. En cualquiera de ellos, el silencio está asegurado. Y si lo que te atrapa son las compras, tienes que saber que Santa Cruz de Tenerife está considerado el mayor centro comercial al aire libre de Europa. Recorrer la calle del Castillo y su entorno es hallar un sinfín de tiendas en las que, además de aparatos electrónicos y de fotografía a buen precio, se pueden adquirir bordados y rosetas tinerfeños. Ya que estás en la capital de la isla, aprovecha para pasear por la avenida de La Rambla y admirar sus esculturas contemporáneas y, si dispones de más tiempo, hay muchas otras opciones, como visitar la colección de momias guanches reunidas en el Museo de la Naturaleza y el Hombre, el jardín botánico o acudir a algún concierto en el Auditorio de Tenerife, a orillas del mar, obra de Santiago Calatrava. Miles de propuestas en un territorio isleño casi infinitivo en motivos de interés.