Viajes

Midi-Pyrénées - Languedoc Rosellón (Francia)

Las gargantas del Tarn

1 2 

Les Détroits, una de las gargantas excavadas por el río Tarn.

Vista general del Tarn desde Point Sublime.

En todos los idiomas hay palabras que no tienen traducción. Este es el caso del término francés «causses», con el que se designa a las amplias y deforestadas plataformas rocosas que se extienden por buena parte de las regiones de Lozére y Aveyron. En castellano, el vocablo más parecido es el de parameras, con el que se denominan unas estructuras geológicas casi idénticas. El paisaje de Les Causses es, ante todo, sobrecogedor, con inmensas planicies expuestas a todos los vientos y en las que sólo prospera una rala vegetación.

En uno de los rincones con mayor personalidad de este espacio natural —el Parc Naturel Régional des Grands Causses es uno de los más vastos de Francia— se localizan Causse Sauveterre y Causse Méjean. Entre ambas se esconde el más inesperado tesoro paisajístico de toda la región: las gargantas del Tarn. Un serpenteante cañón de elevadas y verticales paredes calizas que durante cerca de 90 kilómetros ofrece una sucesión ininterrumpida de enclaves singulares, panorámicas inolvidables y pintorescos pueblos que permanecen dormidos en plena Edad Media.

Las Gorges du Tarn se pueden recorrer en coche, caminando e incluso descender en pequeñas barcas: la única forma que durante siglos tuvieron sus habitantes para comunicarse con el exterior. Desde España, la mejor puerta de acceso se encuentra en la ciudad de Millau. Desde allí hay que remontar el curso del río Tarn hasta alcanzar la localidad de Le Rozier. Este pueblo está enclavado justo en el lugar donde confluyen las escarpaduras rocosas de tres grandes «causses»: Noir, Sauveterre y Méjean. En el mismo lugar desemboca en el Tarn uno de sus más importantes afluentes, el río Jonte, que también discurre por el fondo de una estrecha y espectacular garganta fluvial.

El viajero se va a sentir empequeñecido por los enormes murallones calizos que se alzan escalonados hasta más de 400 metros de altura y cuyas cornisas rocosas han sido colonizadas por una variada vegetación, en la que dominan enebros, quercus y pinos. Al llegar a Les Vignes, merece la pena desviarse por las empinadas carreteras que ascienden hasta el mirador de Point Sublime. Desde esta privilegiada atalaya, situada en el borde mismo del Causse de Sauveterre, se contempla la más completa panorámica de las gargantas del Tarn: el Cirque des Baumes y el estrecho de Les Détroits.

Prohibida su reproducción total o parcial. ©2006 Hola, S.A.

  

1 2