En el centro de la isla y rodeada de campos de naranjos, esta finca familiar centenaria ha sido convertida por sus propietarios en un lugar de reposo y descanso. Un alojamiento de espacios abiertos y arquitectura ibicenca, con paredes encaladas y techos de sabina, armonizados con toques árabes, asiáticos y africanos. En las lujosas habitaciones se ha cuidado hasta el más mínimo detalle, la mayoría han sido dotadas de chimeneas payesas y cada una de ellas recrea un ambiente propio, mezcla del estilo isleño y el zen. Sus dimensiones van de los 30 metros cuadrados de un dormitorio doble a los 70 de una suite. En los baños, la luz natural de las claraboyas se mezcla con los mármoles, creando un estilo único y lujoso. Los exteriores son un laberinto de plantas, rincones y caminos relajantes, que confluyen en la gran piscina. Además de salón árabe para celebraciones, cuenta con restaurante gastronómico y un completo spa.

Instalaciones:

Salones de estar, salón para celebraciones, piscina, jacuzzi, spa, jardín, servicio de alquiler de barcos y rutas en bicicleta y a caballo y pabellón para exposiciones y música en vivo

Alrededores:

Sant Llorenç (3 kms.), Caserío Puig de Missa (6 kms.) y Cala de Portinax (15 kms.)