Alcalá de Júcar, un cañón, un castillo, cuevas y aventuras en el río

El río Júcar ha excavado en el noreste de Albacete una garganta de profundos acantilados y verdor. En este oasis encañonado encontramos Alcalá del Júcar, uno de los pueblos más bellos de España y la base ideal para explorar las hoces a pie, en bici o en piragua.

Por ANDRÉS CAMPOS

Al noreste de la capital albaceteña se extiende una de las mayores y más perfectas llanuras de España. Atravesarla en dirección al mirador de Casas del Cerro nos conduce al abismo repentino del cañón, el verdor de las alamedas y las huertas ribereñas y el pueblo blanco de Alcalá, sobre un escarpado meandro cuya visión deja atónitos.

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Otra vista que impresiona, ya en Alcalá del Júcar, es la que se contempla desde el puente romano. Escalonado en la ladera vertical de la margen izquierda, el pueblo parece un castillo de naipes, con un castillo de verdad en lo más alto, de tiempos de los almohades (allá por el siglo XII). E impresiona más durante la subida a pie –el casco histórico es peatonal–, trepando por callejas empinadas y por las escaleras de la fortaleza. La recompensa es una vista anonadante del cañón y de la población, en la que destaca la extraña plaza de toros, encajada entre peñas y de forma ovalada, que se dice que es la más antigua de España. El castillo puede visitarse todos los días (2 €). Se realizan visitas guiadas a la plaza de toros, de media hora de duración, junto con el puente romano, saliendo de la oficina de turismo.

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Un truco para hacer más llevadera, fresca y entretenida la subida es usar las cuevas y pasadizos que los vecinos han excavado desde siempre en sus casas, convirtiendo la pared caliza del cañón en un gigantesco hormiguero. La más llamativa de esta Capadocia manchega es la del Diablo (cuevasdeldiablo.com), donde Juan José García, más conocido como El Diablo, lleva agrandando y enseñando a los curiosos este lugar desde hace 35 años, cuando solo medía 180 metros. Ahora tiene 750. En realidad, son dos cuevas comunicadas entre sí. La inferior, por la que se entra, veremos un tremendo batiburrillo de aperos de labranza, radios viejas, máquinas de coser y fotos del dueño con todos los famosos que han pasado por ella. En cambio, la cueva superior o de Garadén, por la que se sale, ya más cerca del castillo, es de origen árabe y conserva casi intacta su decoración primitiva, incluido un precioso palomar labrado en la peña viva.

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EN PIRAGUA POR EL JÚCAR

Si después de subir y bajar por calles y cuevas aún sobra algo de energía, hay que apuntarse a una ruta en piragua por el Júcar, ideal para contemplar el bosque de galería, el fabuloso milhojas que las distintas capas de roca caliza dibujan en las paredes del cañón y los recónditos salientes donde anidan las águilas reales y perdiceras.

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Hay varias empresas de turismo activo que organizan rutas guiadas por las aguas tranquilas de este río, como Los Olivos (multiaventuralosolivos.com), Avenjúcar (avenjucar.com) o Turiaventura (turiaventura.es) a partir de 20 € por persona.

UN PASEO POR LAS HOCES

Si prefieres andar o pedalear, existen seis senderos señalizados alrededor de Alcalá del Júcar. El más completo y vistoso es el del Morrón –circular, de unas cuatro horas de duración– que lleva hasta el pueblo de Tolosa por el borde superior de las hoces, para luego volver por la orilla contraria, entre pinares y huertos, picoteando en verano de las higueras y en otoño de los nogales.

En coche, que también es una opción válida y apetecible para recorrer las hoces, podemos bajar a Tolosa para disfrutar del paisaje invertido del Júcar, cuyas riberas escarpadas y arboledas se reflejan en el embalse local como en un espejo. O bien subir a Jorquera, un pueblo que tiene un emplazamiento espectacular, no menos que Alcalá, y restos de murallas almohades, recuerdo de cuando era frontera este cañón arado por el Júcar en la inmensidad de la llanura manchega.

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DÓNDE COMER EN ALCALÁ DEL JÚCAR

En el Mesón el Mirador (mesonelmirador.com), con una terraza inmejorable, al borde del cañón, donde degustar platos tradicionales como gazpacho manchego, morteruelo o atascaburras. En Fogones El Chato (Malvas, 16), con un acogedor comedor de paredes de piedra y platos típicos a buen precio.

DÓNDE DORMIR EN ALCALÁ DEL JÚCAR

Finca Los Olivos (fincalosolivos.com). Complejo turístico de lujo a orillas del Júcar. Dispone de casas rurales con chimenea y piscina, suites privadas con jacuzzi, hotel de cuatro estrellas y spa.

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