El aroma de Sevilla, una viaje sensorial y (muy pronto) próximo

Cuando todo esto pase, que pasará, uno de tus mayores deseos será volver a viajar. Desde ¡Hola! Viajes te proponemos una escapada a la capital andaluza que despertará tu ilusión. Lo único que tienes que hacer es dejarte llevar por la imaginación. Llegará el día, más pronto que tarde, en que lo hagas realidad.

Por MANUEL MATEO PÉREZ

Imagina Sevilla. Imagina amanecer en ella una mañana de principios de junio. Imagina que te despiertas temprano y que sales a pasear, que recorres las callejas de su centro histórico, las iglesias recién abiertas, los palacios señoriales, las plazas sombreadas de altos árboles. Supón que terminas en los jardines de Murillo, en un extremo del popular barrio de Santa Cruz, allí donde acaba el romántico callejón del Agua y donde se extiende la rosaleda, las aguas en las fuentes, el fresco suelo de tierra de albero. Ahora cierra los ojos y aspira con fuerza. Sentirás el último aliento del azahar, el aroma de las flores por primavera, el estallido de los olores que te confunden.

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Sevilla está moteada de deliciosos jardines que hasta principios del verano son una estampida de color y aromas diferentes. Muchas de las especies que crecen en los jardines de Murillo o en el cercano parque de María Luisa fueron traídas de América cuando la capital andaluza era capital del tráfico naval hacia el océano Atlántico. Este año se conmemora el quinto centenario de la primera circunnavegación al mundo, la gran gesta protagonizada por Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano. Partieron desde las orillas del Guadalquivir y volvieron a estas mismas aguas trayendo consigo el recuerdo de un viaje único y además semillas que germinaron en tierras andaluzas. Hoy día, la ribera del río mayor de Andalucía es un delicioso paseo fluvial sombreado de plátanos de Indias y naranjos aún en flor.

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Hay una ruta por los aromas de la ciudad que discurre por los grandes jardines y parques y que deriva en los patios íntimos de las casas y los palacios del centro. Muchos de ellos están abiertos a la visita y en su interior silencioso y reparador hay un permanente aroma a jazmín, azahar y madreselva, a espacio íntimo, familiar y limpio. Es el olor de Sevilla. Imagínate aspirándolo. Y es que todo viaje empieza siempre con un deseo.

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