Sorpresas alrededor de la ciudad colgada de Cuenca (y no te las esperas)

Tres sendas señalizadas recorren las hoces que la rodean, como un foso gigantesco. Paseando por estos cañones se descubren remansos de aguas hipnotizadoras, alamedas de oro, rascacielos medievales y miradores desde los que uno no se cansa de contemplar esta preciosa ciudad surgida de las profundidades del mar.

Por Andrés Campos

El río Júcar y su afluente el Huécar labraron las hoces o cañones que rodean la alta peña de Cuenca. Y luego llegaron los hombres, y levantaron sus murallas, sus templos y sus famosas Casas Colgadas al borde del abismo, completando así una obra perfecta, mitad geológica, mitad humana. Algunos cuando van a Cuenca solo van a ver la artificial. Visitan la catedral, el Museo de Arte Abstracto Español, la Fundación Antonio Pérez, el puente de San Pablo… Y, paradójicamente, dedican solo cinco minutos a otear, desde ese mismo puente o desde algún mirador, la otra mitad de Cuenca, la que tardó en hacerse millones de años. Tres rutas bien señalizadas, breves y sencillas, que puedes recorrerse tranquilamente en dos o tres horas e idóneas para ir con niños, permiten rodear la ciudad y admirar ambas arquitecturas, la histórica y la natural.

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EL SENDERO PERIFÉRICO DE LAS HOCES DE CUENCA

Es el más interesante (SL-CU 10) y traza un círculo de cuatro kilómetros alrededor del casco histórico, subiendo primero por el cañón del río Huécar y bajando después por el del Júcar. Señalizado con letreros y marcas de pintura blanca y verde, arranca en el Auditorio y enseguida comienza a ganar altura hasta llegar, por cornisas y escaleras talladas en la pura roca, al mirador del Castillo, el punto más elevado del recorrido y desde donde mejor se ve la ciudad vieja. En la bajada, dos lugares para fijarse: la ermita de las Angustias y la Junta de los Ríos, donde el Júcar se bebe al Huécar.

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SENDERO DE LA HOZ DEL JÚCAR

El SL-CU 11 remonta este río encañonado desde la misma ciudad hasta la presa de las Grajas, pasando por la ermita de San Julián El Tranquilo. También circular, y también marcado con trazos de pintura blanca y verde, es un paseo de siete kilómetros y unas tres horas de duración, que ofrece una vista impactante del skyline que dibujan los llamados rascacielos del Júcar.

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EL SENDERO MÁS URBANO

El GR 66 es el más urbano de los tres, pues atraviesa su corazón, la Plaza Mayor, y permite visitar, rastreando las marcas de pintura blanca y roja que lo señalizan, los principales monumentos de la ciudad, empezando por la catedral. Hay dos paseos posibles por este sendero, ambos con inicio en la plaza Mayor e igualmente recomendables: uno baja a la hoz del Huécar, pasando por las Casas Colgadas y el puente de San Pablo, y luego lleva a los aéreos miradores del cerro del Socorro y del Rincón Seco (dos horas y media, solo ida); el otro desciende a la ermita de las Angustias, en la hoz del Júcar, para luego trepar al cerro de San Cristóbal, que también es un mirador de aúpa (una hora, solo ida).

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Y TAMBIÉN ALREDEDOR…

Recorrer la carretera CM-2105, que nace en la capital y va remontando el Júcar entre acantilados, alamedas y parajes de fantasía. En el kilómetro 23 está el legendario Ventano del Diablo. En el 28, el desvío a la Ciudad Encantada. Y, en el 34, Uña y su preciosa laguna de origen tobáceo.

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GUÍA PRÁCTICA

Cómo llegar

Cuenca está bien comunicada por la autovía A-40, que conecta con la A-3 en Tarancón. Desde Madrid hay 166 kilómetros y se tarda una hora y 45 minutos. Lo más rápido, sin embargo, es el tren AVE, que se planta en 55 minutos.

Dónde dormir

En el Parador de Cuenca (parador.es), en una espectacular ubicación sobre la hoz del Huécar, ocupa un monasterio del siglo XVI frente a las Casas Colgadas. Otras recomendaciones son la Posada de San José (posadasanjose.com), en una casa colgada del siglo XVII, con vistas que enamoran y buen restaurante. Y el Convento del Giraldo (hotelconventodelgiraldo.com), decorado con moderno gusto, a un paso de la Plaza Mayor.

Dónde comer

En Romera Bistrot (romerabistrot.com), cocina de temporada y proximidad en un coqueto restaurante a orillas del Húecar, cuya decoración rinde homenaje al ciclista conquense Luis Ocaña. Generosas raciones para compartir, en Mesón Candela (mesoncandela.com) y asados en el Asador María Moreno (asadormariamorena.com), en lo más alto del casco histórico, con inmejorables vistas.