MADRID

Es hora de (re)descubrir Gran Vía, la calle madrileña siempre a la última

De abajo arriba, son 1360 metros de vida urbana los que recorre esta inspiradora avenida que, por unas cosas o por otras, nunca deja de reinventarse. Ahora el must son las terrazas de sus azoteas y sus nuevas aperturas. Tomamos perspectiva para disfrutar de este paseo urbano que discurre en gran parte por las alturas.

Por Esperanza Moreno Y Eva de la Parra

Desde la madrileña calle Alcalá a Plaza de España, lo mejor es empezar por el principio. Y si el principio cualquier día del año es la foto ante el icónico edificio Metrópolis, estos días con más motivo, pues justo delante se ha situado una gran bola de luz que, con sus 12 metros de diámetro, seis toneladas de peso y 43.000 bombillas led, da aún más brillo y color al paseíllo.

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Echamos a andar y nada más empezar, en la primera planta del edificio Grassy, en el número 1 de Gran Vía, está La Primera (restaurantelaprimera.com), la última apertura del hostelero cántabro Paco Quirós, del grupo Cañadío, que ya suma otras tres en la capital. Un restaurante chulo, con buenas vistas, y los sabores del Cantábrico como protagonistas de su carta. Lo que todo el mundo pide en él: las rabas de Santander y las anchoas de Santoña.

Enfrente, otra opción para los que aman la cocina tradicional italiana: Oven (oven.es), un local enorme, con dos plantas y grandes ventanales que permiten el contacto con el ajetreo de Gran Vía mientras se degusta algunas de sus burratas, pastas y pizzas con el toque personal del chef Fabio Morisi.

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Si el paseo se incia a la hora del vermú hay que entrar en Gran Clavel (Gran Vía, 11. granclavel.com), una vermutería y bar de vinos de identidad castiza y esencia contemporánea donde tapear con los mejores quesos y embutidos del puesto de Octavio del Mercado de San Antón o acompañar el vermú del tradicional bocata de calamares.

PICALAGARTOS

Subiendo, subiendo, en el número 21 está el hotel NH Collection Madrid Gran Vía (nh-collection.com), ubicado en otro de los distinguidos y rehabilitados edificios de esta gran avenida. Su entrada podría pasar desapercibida, por eso, es una sorpresa subir hasta su azotea y descubrir Picalagartos (picalagartos.com). La taberna en la que transcurre alguna escena de Luces de Bohemia, de Valle-Inclán, ha inspirado este espacio que recrea el clasicismo moderno del Madrid de los años 50 repartido entre la planta 8, donde se encuentra el restaurante con vistas, dirigido por el chef Manuel Berganza, el primer español en recibir una estrella Michelin fuera de España, donde se mima el producto de temporada con propuestas muy castizas como conservas, salazones y variantes para compartir, pasando a un pescado o una carne a la brasa, para rematar con un arroz con leche con helado de dulce de leche sobre un barquillo madrileño (o algún otro de sus riquísimos postres). La planta 9 la ocupa el sky-bar, una terraza 360º perfecta para sentarse a tomar un cóctel (12 €) o una cerveza (entre 4 y 6 €) con la Gran Vía a los pies y alrededor la ciudad.

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EL CASINO DE MADRID

Tal vez uno lleve pasando toda la vida por esta avenida y no haya reparado en el Casino Gran Vía (casinogranvia.es), en la esquina con Hortaleza. Aunque no se vaya a jugar al póker o a la ruleta, uno puede pasar disfrutar un buen rato en este magnífico palacio art decó subiendo y bajando por la grandiosa escalera imperial que une sus tres plantas –distribuidas en torno a un amplio atrio cubierto por una espectacular vidriera– y fue levantado como sede del Círculo de la Unión Mercantil e Industrial de Madrid a principios del siglo XX (el acceso al edificio es gratuito).

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HYATT CENTRIC GRAN VÍA

La escultura del Ave Fénix en lo alto del edificio de Gran Vía, 32, que alberga la tienda insignia de Primark, parece dialogar con la diosa Diana que corona otra de las nuevas referencias hoteleras lifestyle de esta gran avenida madrileña, el Hyatt Centric Gran Vía Madrid (hyatt.com). En su planta baja, el primer store de Palmeritas Original, de los creadores de Mama Framboise, cuyas mini palmeras se pueden disfrutar en casa o en cualquier momento del día en el espacio Ondas: vermutería + lounge del lobby del hotel. Una planta más arriba, en el restaurante Hielo y Carbón, repartido en varios espacios muy cuidados, lo que se prueban son sus carnes al carbón, los ceviches y, para rematar, alguna copa de la Gintonería.

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Cruzamos a la acera de los pares a la altura de la plaza de Callao para asomamos a la tienda que Huawei ha abierto hace apenas unos meses en la Gran Vía madrileña. Dos plantas y un espacio comercial de 1100 metros, que pasa por ser la mayor tienda del fabricante asiático fuera de China. La pieza que faltaba para completar el triángulo de los tres mayores fabricantes del mundo de teléfonos en pleno centro, junto con la Apple Store de la Puerta del Sol y la tienda de Samsung del Corte Inglés de Callao.

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HOTEL EMPERADOR

Toca subir a las alturas de nuevo, porque en la planta 10 del Hotel Emperador (emperadorhotel.com/terraza/), un clásico que hace esquina con la calle San Bernardo, está una de las terrazas más grandes y exclusivas de Madrid. De mayo a septiembre abre su beach club de temporada, con la piscina de mayores dimensiones en una azotea (10m x 15m y 3 metros de profundidad) y la más histórica, abrió en 1948, pero hasta que llegue, son 1000 metros cuadrados de zonas climatizadas y abiertas donde disfrutar de una perspectiva inigualable del skyline madrileño al atardecer (aquí no cuesta dinero el acceso), de los preparados de autor de su cóctel bar y, sobre todo, de un montón de actividades, desde yoga en las alturas a ciclos de cine al aire libre en verano. Un oasis de paz en medio del bullicio de la Gran Vía y, sobre todo, un punto de encuentro del mejor terraceo madrileño.

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RIU PLAZA ESPAÑA

La sensación de la temporada es la terraza de este hotel (riu.com) que se ha convertido en el lugar preferido de los instagramers, sobre todo, su pasarela acristalada, suspendida a 100 metros sobre el suelo. Es fácil que cuando llegues a su puerta te encuentres con una cola para entrar, pero una vez pagados los 5 o 10 € que cuesta subir (dependiendo de la hora), y asciendas hasta el piso 27, las vistas de la ciudad te hagan olvidarte del desembolso.

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Al rooftop se accede por unas escaleras desde la discoteca De Madrid al cielo, de ambiente ochentero, desde donde también se admira la ciudad a través de unas cristaleras. Una planta más arriba, la visión panorámica 360º no tiene comparación: el Palacio Real, la catedral, la Casa de Campo, el templo de Debod, los rascacielos de la zona norte… todo lo que uno piense está ante los ojos.

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